Starbucks (privado)

Era Viernes en la tarde y Toshiya decidió llamar a Kai para invitarlo a salir y que así se despejaran un poco. Tomar café o algún frapuccino mientras conversaban trivialidades le parecía un panorama ideal, ya que las cosas entre ellos no habían andado del todo bien. Las discusiones eran constantes, como si el amor no fuera suficiente para mantener una pareja unida, ¿es que había algo más...?.

Quedaron de juntarse en Starbucks, por lo que se arregló rápidamente, agarró su volvo plateado y se dirigió allí, llegando en pocos minutos. Esperaba que esa salida pudiera amenizar de alguna manera los "problemas" que habían tenido y es que los celos consumían a Toshiya lentamente, mostrando que su seguridad era sólo una fachada.

Se agolpaban los segundos en su reloj y Kai aún no llegaba, ¿Quizás habría tenido un problema?-

Ecchi miraba hacia todas las direcciones por las que pudiera aparecer Kai, pero ni un rastro, ni un aroma que le indicara que ya estaba cerca, por lo que empezó a desesperarse y a rasguñarse las manos, era una extraña manía que tenía, una especie de descargo que necesitaba y que nada más que su propio cuerpo podía ofrecerle, porque al final, uno nace y muere solo...¿Por qué la vida era tan bullshit a veces?.

Por fin divisó la silueta de su novio, pero fue algo demasiado efímero, ya que pronto chocó con un chico rubio y ambos se fueron al suelo casi al instante, lo único que atinó a hacer fue correr a recogerlo, parando en seco al ver que el menor no era otro chico rubio...sino Miku, a quien había conocido hace poco tiempo y le hacia sentir ligeramente confundido.

Definitivamente este no era su día, ¿Cómo podría encontrarse de repente en una situación tan incómoda?.

-Kai...¿Estas bien?.-Dijo para ofrecer su mano y que su novio pudiera pararse, sin voltear a ver al vocalista de An cafe, quizás era una ilusión de sus ojos, quizás Miku no estaba realmente allí.

Había tratado de imaginar que Miku no estaba allí, que era un holograma, una mala broma jugada por su mente para darle un minuto de replanteamiento...pero no, en realidad ellos tres se encontraban allí, él, su novio y la persona con la que se había besado días antes de establecer una relación con Kai, ¿por qué siempre el universo conspiraba para hacer de sus últimos meses una babosada?, quería enterrarse...desaparecer, como en las películas de acción, o que llegara un asesino malvado del terror rojo y los matara, para así no tener que enfrentar la situación.

-No te preocupes...-Le dijo a Kai lentamente, agolpando las palabras en su boca con nerviosismo, cuando por fin su mirada encontró a la del vocalista de An cafe, que al parecer estaba casi igual que él, a punto de rasguñarse las manos para procurar un alivio que realmente no existía.

-Hola...Miku.-Susurró, quería tomarle la mano a Kai, para que el contacto le inspirara un poco de energía para enfrentar la situación, pero se bloqueó y no pudo hacer nada más que hablar estupidez tras estupidez.-Qué...coincidencia.-

Siguió a Miku y Kai hasta llegar a la fila. Cuando le tocó su turno, pidió un frappucino java chip grande, ya que se moría de ganas de pasar el mal rato y la incomodidad de estar con su novio y su....¿"conocido"? a través del azúcar. Si con la diabetes puedo liberarme de esto, bienvenida sea. Pensó para sí mismo, mientras esperaba que los otros pidieran y pagar todo. Toshiya siempre había sentido la necesidad de demostrar el afecto que sentía mediante el dinero.

La pregunta que deseaba no responder había salido de los labios de Miku, por lo que pensó en la manera de hacer que esta rebotara en Kai, pero no se le ocurrió ninguna idea que concretara este hecho.

-Nos conocimos un tiempo atrás en una fiesta, ahora...estamos saliendo.-Murmuró despacio la última frase, mientras todo daba vueltas en su cabeza, ¿por qué Miku era tan atrayente?. En su mente se disputaban sus sentimientos, impidiéndole pensar claramente...claro que quería a Kai, había esperado tanto tiempo por él que hasta estaba volviéndose loco, pero el vocalista de An cafe tenía algo que le llamaba profundamente la atención, algo que no se podía describir con palabras.

Realmente quería enterrarse junto con su frappucino (que por cierto aún no le entregaban) y jamás salir de allí, o ser un ermitaño que viviera en una cueva al norte de la ciudad, comiendo cualquier cosa, con tal de no volver a sentir la mezcla de emociones que lo bombardeaban en este momento, haciéndolo cada ves más vulnerable e inconsciente de sus palabras y sus actos. Porque claro...lo más probable era que Kai estuviera molesto con él, y es que le había costado mucho deletrear la palabra "novios" en frente de Miku, pero de lo que estaba completamente seguro, era del vínculo que había formado con Kai, esa sensación...no era efímera, no podía serlo.

-Si...-Dijo con más desición en la voz, ¿Cómo podía negar una relación que le había costado noches de insomnio y problemas con los miembros de Dir En Grey?.

Despertó de sus cavilaciones en cuanto la niña que atendía el lugar le avisaba el monto de sus cafés, por lo que sacó de su bolsillo la billetera y pagó rápidamente, segundos después otra mujer lo llamaba para entregarle su java chip, en cuanto lo recibió, se acercó a Kai para entrelazar sus dedos con los del baterista.

-Somos novios...y, ustedes ¿cómo se conocieron?.-A Toshiya le había extrañado que Miku y Kai se hablaran con un lenguaje tan familiar, quizás podrían ser amigos, quizás algo más...¿por qué, desde que había formado una relación se sentía tan inseguro?. Él se sabía guapo, interesante, atrayente para las demás personas, entonces, ¿qué pasaba por su cabeza?.

Al parecer la pregunta había incomodado a Kai, porque prefirió que subieran y poder sentarse en algún lugar antes de responder. Toshiya trataba de pensar que eso sólo había sido para que su conversación fuera más cómoda, aunque su mente ya estaba viajando en direcciones totalmente diferentes a lo que su razón mandaba. ¿Habría pasado algo entre los dos menores que el no podía saber?.

Ahora no sólo tendré que controlar al fantasma de Reita...quizás también tenga que crear un muro de contensión para Miku... Pero eso era lo último que quería hacer, porque a pesar de que ahora tuviera pareja, si había besado al rubio había sido porque un sentimiento se lo había ordenado, tomando posesión de su corazón en un abrir y cerrar de ojos, impidiéndole pensar mal del menor...entonces la opción que quedaba era que Kai lo había seducido. ¿Eso habría pasado antes o después de que comenzaran a salir?. Toshiya frunció el ceño tratando de encontrar respuesta a las interrogantes que se formaban en su interior.

Subió lentamente las escaleras y luego se sentó al lado de Kai en el amplio sillón de cuero café, bebiendo sorbos cortos de su java chip grande a medida que escuchaba la respuesta de Miku.

-Ah...-Decidió no preguntar nada más, ya que el ambiente se había tornado bastante hostil en segundos. En la mesa de centro que se posicionaba frente a ellos habían servilletas y cartuchos de azúcar con los que Ecchi comenzó a jugar, hasta que uno de ellos voló al suelo como si fuera un proyectil.

Por más que Kai remarcara que el encuentro entre él y Miku había sido antes de que comenzaran a salir, Toshiya aún dudaba, ya que las miradas que ellos habían intercambiado le parecían sospechosas, o quizás tenía razón con respecto a la fecha del encuentro, pero obviamente no habían jugado precisamente a las bolitas mientras estaban en la piscina. Dos hombres guapos en un recinto poco habitado no se tiraban agua en la cara o iban a subirse a los toboganes como si fueran niños pequeños. Había cosas más....interesantes y estimulantes por hacer.

El problema que Toshiya había pasado por alto era el tipo de "relación" que tenía con Miku, ya que el pequeño era demasiado llamativo como para dejarlo escapar tan fácilmente y el bajista nunca había tenido una relación seria antes, de hecho...siempre se había negado al amor, inclinándose por los encuentros esporádicos, esos que suelen ser candentes pero sólo duran una noche o los 11 minutos que llegaba a durar el sexo en sí.

Cuando sintió que el cartucho de azúcar que tenía en las manos saltaba como si tuviera vida propia, se quedó helado viendo como se alejaba, sin pensar en nada más que eso hasta que despertó de su pequeña abstracción gracias a las risas de Miku y Kai. Al principio frunció el ceño de manera infantil pero luego la alegria lo invadió y comenzó a reirse fuertemente, lo que recordaba a una gallina clueca.

La gente los miraba extrañados, pero a Toshiya poco le importaba lo que pensaran los demás, ya que siempre había existido gente que lo odiaba sin medidas o llegaba a amarlo con locura...para eso no existían términos medios.

-Qué vergüenza...-Dijo ahora más calmado y con una amplia sonrisa en los labios.-Pero no iré a recogerlo...no me quiero mover de aquí.-

Estaba entreteniéndose ahora con su frapuccino java chip hasta que no dió más y tuvo que dejarlo en la mesa de vidrio que se encontraba al frente de ellos.-Me duele el estómago...demasiada azúcar por hoy, no quiero un coma diabético...¿Quieren probarlo?, tiene chips de chocolate.-Pensaba que ahora que las cosas se habían calmado un poco podrían ir a otro lugar y divertirse juntos.

Amaba el ambiente que se había generado entre ellos, era tan agradable y sincero, como si fueran amigos de toda la vida que estuvieran en un esperado reencuentro, aunque claro, al principio no habían sabido bien como comportarse y algunos dramas los habían inundado, dramas que si bien Toshiya no había olvidado, ahora se encontraban dormidos en algún recóndito lugar de su mente y definitivamente no amenazaban con quebrar la calma que se había posado en torno a ellos.

Toshiya sonrió clavando su vista en su novio que ahora hacía un puchero infantil mientras decía que se sentía incómodo en el sillón, por lo que se acercó más a él y revolvió un poco su cabello de manera cariñosa, olvidando por unos instantes que Miku también estaba presente.

-Es dulce…pero es genial la manera en la que los chips de chocolate se dirigen desde la bombilla hasta tu boca.-Dijo sonriendo luego de que Kai probara su java chip y lo dejara a un lado.

Se había quedado absorto observando a su novio y toda la belleza que irradiaba por lo que no se percató sino hasta el último momento de lo que estaba haciendo Miku. Al principio lo hizo sentir incómodo y avergonzado el ver como introducía las dos bombillas en su boca, ya que las miradas de la gente se habían posado en ellos como si fueran un espectáculo de circo. Pero pronto comenzó a reír pensando en lo pervertido que se veía el vocalista de An Cafe haciendo eso.

-¿Esta rico?...-Dijo ahora sonriendo, mientras se apresuraba a cambiar de tema, había algo que lo rondaba y quería plantearlo directamente.-Oigan…cuando terminemos nuestros líquidos, ¿podríamos ir a las terrazas a fumar? El cigarro me llama.-Su cara de adicción representaba la desesperación que sentía por sentir el filtro del cigarro en sus labios.-Y luego vamos al cine.-

-No la conosco, de hecho nunca había escuchado hablar de ella, pero supongo que si Miku quiere verla, debe ser genial.-Dijo sonriendo, extrañamente la felicidad lo estaba llenando y no podía evitar que saliera de su cuerpo y se esparciera a todos los lugares que anteriormente se habían contagiado de la incomodidad y la exasperación, de hecho, en algún momento Toshiya creyó que iba a rasguñarse las manos en un intento por liberarse de la tensión que le provocaba no saber el tipo de relación que tenía Miku y Kai, pero ya habría tiempo, ya se enteraría.

Asintió con una amplia sonrisa al ver como al vocalista de An Cafe aceptaba su invitación a un cigarro, mientras Kai decía que iba a dirigirse al baño. Mejor así...ya que tendré tiempo de enterarme de la verdad acerca de su relación. Esperaba insesantemente que Miku le diera las respuestas que necesitaba, porque seguramente su novio no le diría nada al respecto, aún no existía ese tipo de confianza sólida incapaz de desmoronarse a las constantes caídas que surgirían 00por todo el tiempo que debían permanecer separados.

-Amor...esperaremos afuera de la cafetería mientras vas al baño, para que luego vayamos a ver Watchmen.-Dijo y al instante se dirigió a la salida, para encender un cigarro que le gritaba por salir de su bolsillo. Luego le ofreció uno a Miku, sonriendo ampliamente.