algo muy dulce (Miku)

vienen juntos de las tiendas

Mientras entraban en la heladería no podía dejar de fijarse en el chiquillo que caminaba con él. Seguía sin entender cómo podía ser tan lindo...aunque menos entendía por qué no se había avalanzado ya encima suya. Era tan pequeño, parecía tan frágil...su cuerpo sufría de placer cuando veía a niños así de tiernos.

Le miró a los ojos cuando le preguntó. Levantó una de las comisuras y le acarició delicadamente la mejilla
- Mmmm...¿habrá algo tan dulce como tú? - volvió a sonreir y le señaló las mesas que estaban en un pequeño patio interior. - ¿Nos sentamos por ahí? Se estará mejor que dentro...

Miku sintió que le estómago se le llenaba de mariposas que revoloteaban de un lado para otro, los suaves dedos del mayor le acariciarón la mejilla, sonriéndo nervioso por el comentario que Gackt le daba. No sabía como responder a aquello y prefirió guardar silencio, mirándolo con algo de verguenza.

-Sí, prefiero afuera, no me gusta mucho estar encerrado- comentó mientras caminaba al lado del solista. Llegaron a la mesa y Miku se sentó frente a Gackt, sin poder quitar sus ojos de él, es que era demasiado para el pequeño, Gackt era tan hermoso... Y él había estado tan "enamorado" del cantante, había estado tanto tiempo "obsesionado" con el ex vocalista de Malice Mizer, llenando su habitación con posters de la banda, aprendiéndose cada letra de sus canciones y tratando de cantar como él. Había vivido esa etapa adolescente donde uno se enamora de un cantante y quiere ser igual que él. Pensó que tenía esa etapa completamente superada, pero ahora, sentado frente al mayor, se sentía de quince años de nuevo.

-Digame Gackt-san,- preguntó sacando una cajetilla de cigarros de su bolsillo y dejándola sobre la mesa. -hace cuanto que se mudo a Jrock Av?- en parte le interesaba saberlo, ¿hace cuanto que había estado viviendo cerca de uno de sus ídolos y no se había dado cuenta?

Miró el rubor de sus mejillas fascinado. Tenía que dejar de hacer eso. Pensándolo mejor, tendría él mismo que no decirle esas cosas para que no se ruborizara. Pero no podía evitarlo, le gustaba tanto...
-Aquí?No mucho, en verdad. Diría que en total unas tres semanas, pero la primera de mudanza, la segunda para arreglar papeles y decorar la casa y...pues recorriendo las calles llevo nada más que una. -Le miró fijamente. Le gustaba mirar fijamente, sin expresión ninguna, ver cómo cambiaban las expresiones de los demás, delinear sus contornos, extrapolar toda la información que fuera posible, tan solo, de su rostro. -¿Tienes pareja, Miku-chan?, ¿o querrías tenerla?- de nuevo preguntas incómodas, como siempre hacía. Una fase más en su descubrimiento de las personas que conocía.
Vino la camarera y preguntó lo que querrían
- Tomaré un granizado de café, y si pudiera ponerle un poco de licor de café, quedaría perfecto.-sonrió amigablemente a la chica y miró a Miku, con la misma sonrisa- ¿qué tomarás? Pídete todo lo que quieras, ¿ok? Invitaré yo

Miku esperaba cualquier otra pregunta, de hecho, el vocalista había pensado que segurían hablando acerca el barrio. Hasta se le había ocurrido contarlarle sobre el día que había llegado al lugar a Gackt, pero la pregunta que éste le había hecho lo había dejado demasiado sorprendido.
- Etto...- susurró una vez más avergonzado, era tan extraño, se sentía de verdad como un niño pequeño, sobre todo ahora que el soliste le hacía ese tipo de preguntas. ¿Porqué? ¿Porqué le preguntaba si tenía o no pareja, o si quería una? Miku no pudo evitar que la imagen de Kanon cruzará por su mente por unos segundos, pero la borro de inmediato. Tenía que dejar de pensar en el bajista, él ya le había dejado claro que no lo amaba de esa forma, sólo como un amigo, y Miku tenía que seguir adelante. - Yo no...- no alcanzo a responder porque la camarera de la heladería se acerco a ellos, en parte le agradecía la interrupción, y esperaba que Gackt se olvidara del tema.

-¿Lo que quiera?- preguntó emocionado con los ojos brillandole, el rubio amaba las cosas dulces. -Mmmm... - miro a la camarera con una sonrisa. -quiero una copa de helado, de.... - pensó en los sabores por un momento. - de chocolate, vainilla y frambueza. ¿Puedes ponerle crema chantilli? Ah! y también quiero una malteada de chocolate porfavor- la chica tomo su orden y lo miro extrañada, Miku se puso colorado, y espero hasta que la camarera se fue para levantar la vista hacía el solista. - Arigatou Gackt-san, por... por invitarme- miró al mayor algo nervioso pero haciendo lo mejor para sonreír.

Rió suavemente, intentando no estallar en risas ante la ternura que echaba el pequeño por los cuatro costados. ¿Cómo se podía comer todo eso de una sola tirada? Que ricura...
-No, no, nada. Es un placer hacerlo y disfrutarte un rato más -dijo sonriéndole lascivamente, sin hacerlo a propósito.
Se había azorado un poco con la pregunta. Si es que...tenía que aprender a ser un poco menos personal con esas cosas, al menos, cuando aún no conocía tanto a la otra persona. Pero así era, no podía remediarlo. Le gustaba llegar más lejos que nadie. De todas formas, bajaría el ritmo, no quería atemorizarle
- Tienes un gran saque, eh? ¿Te comerás todo eso tu solito?-dijo reposando su cabeza en la palma de su mano, sonriéndole todavía.

Sonrió feliz, esto era increíble, y tenía que disfrutarlo al máximo, no sólo iba a comer un helado que nunca había probado, si no que lo haría junto a Gackt. Esto era algo que solo podría repetirse en sus sueños.
-Ne, eso espero...- un poco avergonzado, pero igual de contento, siguió con la sonrisa plasmada en la cara. En parte algo aliviado de que el solista no hubiera seguido con aquellas preguntas sobre parejas, lo que menos le interesaba ahora era hablar sobre eso. Lo que menos le interesaba ahora era recordar todos los problemas que tenía a su alrededor. -Gackt-san, no quiero sonar intruso, pero... ¿porqué decidio mudarse para acá?- preguntó mirándolo fijamente con ojos curiosos, como los de un niño pequeño, en parte le intrigaba saber, cuál había sido el motivo por el que su ídolo también decidiera aislarse de los fans y el resto de la gente en este lugar.

Le miró fijamente mientras le hablaba. ¿intruso? No le parecía una pregunta tan fuera de lo común...había otras preguntas mucho más complicadas de responder.
- Me aconsejaron que viniera para estar más descansado y tranquilo. Para que no me meta demasiadas palizas. -no pudo seguir hablando porque vino la chica con el pedido. Cuando vio el helado se asustó de su tamaño, lanzando una sonora carcajada al pensar si se podría tomar aquella cantidad de dulce.
Tomó su granizado y lo sorbió. Estaba bastante bueno.
- Y este sitio es muy relajante. Me gusta mucho. De hecho me compré la casa. Quiero tenerla para siempre. No sé si estoy más relajado o no...pero me gusta el cambio...-dijo, continuando la conversación anterior.

Escuchó atento las palabras del mayor, comprendiendo sus motivos por el cuál había decidido mudarse. En parte su propia banda había decidido hacer lo mismo para lograr descansar, para no agobiarse en Tokyo con tanta entrevista y sesiones de fotos.
Justo cuando se disponía a comentarle al respecto al solista, la camarera los interrumpió trayendo sus pedidos. Abrió los ojos sorprendido al ver el porte de la copa de helado que había pedido.

Se sonrojó notoriamente, y avergonzado mucho más que antes por la risa del mayor, trato de sonreír lo mejor posible, probando una cucharada de su postre. -Mmm... que rico esta- dijo feliz, atreviéndose a mirar a Gackt a los ojos, aún con algo de verguenza. -Ne, si es un lugar bastante tranquilo... dicen que los cambios siempre son buenos. -suspiró y volvió a probar otro bocado de su helado. -¿Quiere probar un poco? De verdad esta muy bueno... - sacó una cucharada del helado de chocolate, con un poco de crema, y se la ofreció al ex- Malice Mizer.

-Sí, está bien cambiar, de vez en cuando...si no, te quedas estancado y ya no puedes escapar de ninguna manera -le miró dulcemente y tomó otro sorbo de su granizado
Se fijó en como volvía a sonrojarse. Qué ricura era. Veía en sus ojos algo de vergüenza y eso le gustaba mucho más. ¿Por qué se tenía que topar con niños así?
-De veras está bueno? Ok, déjame probar...-se acercó un poco a Miku y a la cuchara y, sin coger ésta, la introdujo en su boca mientras volvía a sentarse correctamente. -Realmente está muy bueno, eh? -añadió, relamiéndose los labios, sin dejar de mirarle.

Su alegría no pudo ser mayor cuando el solista se acerco a probar el helado de su cuchara. Por unos momentos había pensado que el otro podría rechazarle, que talves estaba tomando demasiada confianza, y aunque Miku siempre había sido así con todo el mundo, Gackt lo intimidaba un poco. No estaba seguro del porque, pero podía ser el hecho de que lo había admirado por tantos años desde lejos y ahora lo tenía tan cerca.

-Ve? Le dije que estaba bueno- volvió a sonreír feliz dejando su cuchara en el helado sin sacar una porción nuevamente. Sus ojos viajaron lentamente por el rostro del castaño hasta llegar a sus labios, el verlo relamérselos de esa manera hizo que su cuerpo se estremesiera. Debía tranquilizarse, o terminaría con el rostro rojo como tomate y aún más incómodo de lo que ya se sentía.
-Ne, como le iba diciendo, los cambios siempre son buenos... para las personas y para las bandas, yo espero que el cambio de casa ayude a mi banda a compenetrarnos aún más- comentó tratando de desviar la mirada, preguntándose si ahora esos hermosos labios sabrían igual que el helado o no.