Música Suicida. [libre para cualquiera de la casa]

Solo.... Demasiado solo pero no por que los demás lo hubieran echado de lado, simplemente por que ni siquiera con él mismo estaba cómodo. Sus arranques bipolares eran cada vez mas incontrolables, podía llegar a estar saltando de la casa por felicidad y de repente se activaba el modo emo.

Ya habian pasado varios dias despues de aquella noche, la cual habia traido tantos problemas y peleas. No habia hablado mas con Miku desde esa mañana en la cual casi lo deja sin dia del padre al pobre vocal, se arrepentia mucho de haberlo tratado asi pero no tenia el valor para pedirle perdon nisiquiera para verlo, asi que habia estado evitandolo todos esos días.

Salio por fin de su habitacion luego de ya no enocntrar mas que hacer, llegado tal punto que habia ordenado su ropa por colores por el aburrimiento. Se dirigió hacia el living-room donde había un piano, el cual había traído el desde su casa y aun no había tenido tiempo de subirlo hacia su habitación. Sin poder contenerse , se sentó y comenzó a entonar una melodía triste sobre las teclas del piano, cerrando los ojos y dejando expresar sus sentimientos a travez de diferentes notas musicales.

Bajo las escaleras a paso lento mordiéndose el labio inferior nervioso, había dormido casi todo el día, tratando en parte de ocultarse de sus compañeros de banda. Aislándose de ellos, evitándolos, así habían sido los últimos días. Haciendo lo que fuera posible para no encontrarse con ninguno, aunque eso significara dormir todo el maldito día y bajar a medianoche a sacar comida de la cocina... o salir todo el día a cualquier parte y llegar a casa cuando todos estuvieran dormidos.

Sus pasos lo llevaron hasta el living de la casa, el sonido del piano lo había despertado y por alguna razón le había hecho salir de su habitación y bajar, para ver... para comprobar si era o no era él quién lo tocaba. Para ver con sus propios ojos si se trataba de Yuuki quién tocaba una melodía tan hermosa y deprimente a la vez.

Cuando finalmente llego al lugar donde estaba el piano, se quedo estatico mirando la figura del rubio, tocando cada nota a la perfección. No sabía que hacer ni que decir, tan solo se quedo observándolo hasta que la melodía llego a su final, sintiéndo que el corazón se le hacía trizas. No había hablado ni visto al tecladista desde la última conversación que habían tenido...

Siguió tocando sin haber notado la presencia del vocalista detras suyo. Tocaba lentamente con los ojos cerrados, como dejandose llevar por la música que estaba componiendo inconsientemente, una melodia hermosa y triste que representaba sus sentimientos mas profundos.

Mientras tocaba recordaba cada momento de esa noche con Miku, de la expresion de Takuya, de la mirada decepsionada de Teruki, de la pelea y hasta la mirada de odio que Miku le habia lanzado esa mañana.

Sin poder aguantar mas dejo de tocar y quedo con la cabeza gacha aín con los ojos cerrados y con las manos posadas sobre el piano sin hacer ruido alguno, dejó que una pequeña lagrima cayera sobre su amado instrumento.

El lugar se quedo en silencio cuando los dedos del rubio dejaron de interpretar aquellas notas, Miku temió que el sonido de su respiración agitada y nerviosa se fuera a escuchar y Yuuki notara su presencia.
No quería hablarle, no quería interrumpirle, en parte por miedo a como éste fuera a reaccionar, en parte por nervio, en parte porque no quería dejar de observarlo... se veía tan bello así, junto a su piano, su pasión, interpretando una melodía que no conocía, y ahora con los ojos cerrados, en silencio, como esperando a que el vocalista hiciera algo.

Sus ojos siguieron fijos un par de minutos más hasta que se dio cuenta que no podía permanecer más tiempo ahí, o le hablaba o se iba. Opto por lo último.
Se dio media vuelta caminando hacía las escaleras tratando de no meter ruido alguno para que el rubio no sintiera su presencia.
-Mierda...- murmuró al tropezar con el primer escalón de la escalera y caer de bruces al piso. Ahora podía estar seguro de que Yuuki lo vería, ¿cómo se escapaba?

Seco con su mano esa tonta lagrima que se había escapado pero aún asi permanecio junto a su piano, lo único que lo dejaba descargarse emocionalmente, unas simples notas y por lo menos ya se sentia un poco mejor.

Pero su momento de soledad fue interrumpido rapidamente al escuchar un ruido en las escaleras, como si alguien se hubiera tropezado. Rapidamente se volteó y vió a Miku allí.
Sin persarlo, corrió acercandose a él y acuclillandose un poco para poder ayduarlo, le extendio su mano en señal de que lo queria ayudar.

-Nee Miku-san estas bien? - le pregunto preocupado, por ese momento habia olvidado completamente su relacion con el vocalista.

-...ano...Sí, estoy bien... - mumuró avergonzado, las mejillas le ardían y el corazón le latía con fuerza, Yuuki lo miraba preocupado y por un momento el vocalista sintió que todo lo que había pasado entre ellos no había existido. Como si todo fuera igual que antes. -Yuu-chan, lo siento...- se le escapo sin querer, no sabía porue había dicho esas palabras, pero miraba fijo a los ojos del rubio con una expresión de tristeza.

Tomo la mano que Yuuki le ofrecia y se levantó lo mejor que pudo, sentándose en el suelo, quedando frente al tecladista.

Lo ayudo a sentarse en las escaleras con una sonrisa pequeña y suave en su rostro. Aún el vocalista no habia soltado su mano , lo que le parecio extraño pero no le molestaba, él tampoco queria dejar de sentir su piel suave.

- Etto... sientes haberte caido? -dijo en tono de broma, aun en su mente se habia borrado la pelea de ellos dos, y no sabia por que.

Se quedo en silencio unos segundos, ¿porque Yuuki actuaba de esa forma con él? El mayor estaba seguro que el rubio aún lo odiaba por todo lo que había pasado, por todo lo que había ocurrido entre ellos dos. No entendía porque lo seguía tratando bien.

-No, lo siento por todo...- suspiró avergonzado bajando la mirada, incapaz de mantener sus ojos unidos a los del tecladista por más tiempo. -por todo lo que ha pasado...- termino de decir.

Soltó su mano inmediatamente al escucharlo terminar de hablar. Habia recordado todo de golpe. Suspiró y se sentó a su lado con las piernas un poco abiertas y sus brazos apoyados sobre estas, con la mirada en el suelo.

- En estos momentos quisiera tener mi sobrero y anteojos...- dijo como reprochándose a si mismo no llevarlos puestos.

-Es este momento desearía ser otra persona...- murmuró sin darse cuenta, pensando en voz alta. No había querido decir eso realmente, pero se le había escapado... y era la verdad. En esos momentos hubiera dado cualquier cosa para ser alguien más. Para no tener tantos problemas, y volver a estar bien con Yuuki.

-Yuu...- busco su mano una vez más, tratando de tomarla, pero se arrepintió a último momento, temiendo la reacción del rubio.

Volteo un poco su rostro rápidamente para mirarlo, al terminar de escuchar que Miku deseaba ser otra persona en esos momentos, lo cual reflejaba lo mal que se sentía o tal vez por que no tenia el suficiente valor para enfrentar sus problemas como le correspondía.
No, Miku no era esa clase de persona y Yuuki lo sabia perfectamente.

-Akiharu...-dijo en un tono suave tomándole la mano dulcemente.

Algo sorprendido no pudo evitar una sonrisa triste en sus labios al sentir la mano de Yuuki tomando la suya. ¿Cómo era posible que a pesar de todo el menor aún lo tratara bien? Miku no se lo explicaba, había sido un imbécil con él y Yuuki en el fondo seguía tratándolo como siempre.
Entrelazo sus dedos con los del tecladista, sintiendo el corazón latirle rápido. ¿Debería volver a pedirle disculpas? ¿Debería tratar de cambiar las cosas? No estaba seguro.

Se acercó para quedar sentado a su lado, ladeando su cabeza y cargándola en el hombro del rubio. -¿Me odias Yuu?- pregunto con tristeza.

AL sentirlo tan cerca de él, no pudo evitar rodearlo con sus brazos en una tierno y suave abrazo, dejando recaer un poco su cabeza sobre la del vocalista cerrando sus ojos lentamente.

- No puedo odiar a una persona que amo...Aunque aún te guardo algo de rencor-

Como siempre, el tecladista no podía evitar ser muy sincero, tal vez demasiado, pero odiaba las mentiras por sobre todas las cosas, aunque algunas veces mentía pero solo si esa mentira hacia mejor que la verdad.

Se dejo abrazar, por un momento volviéndo a olvidar todos aquellos problemas, se sentía bien estar así. Se sentía normal, como si nada hubiera pasado. Se preguntó por un momento como serían las cosas ahora si no hubiera aceptado que Yuuki durmiera en su habitación. ¿Seguirían todas las cosas normalmente? ¿La misma rutina de siempre?

Su corazón se paralizo por uno segundos... 'No puedo odiar a una persona que amo...'. ¿Acaso había oído bien? ¿Acaso Yuuki le había dicho que lo amaba?
Lo miro incredúlo soltándose de su abrazo. -¿Qué has dicho?- el corazón le rebotaba dentro de su pecho, golpéandole con fuerza.

Separó sus brazos dándole espacio a Miku para que se alejará.

-Hai. Eso he dicho . Siempre te amé pero tu siempre haz estado "loco" por Kanon....-suspiró- Ademas si no te amaría nunca nunca te hubiera dejado estar íntimamente conmigo....pero no se por que te lo digo, mis sentimientos nunca importan ni deben importar, ni siquiera yo les hago caso ...-se puso de pie aun mirando a Miku - Estoy bien así-sonrío bobamente como era su costumbre.

Su respiración se había vuelto agitada debido a los nervios que recorrían su cuerpo en ese momento. Esto no podía estar pasando, Miku se había golpeado muy fuerte la cabeza cuando se tropezo y por eso estaba escuchando ese tipo de cosas. No podía ser cierto!

-Yuu...c-chan....- tartamudeó sin saber que decir. Las palabras estaban atascadas en su garganta, su alma estaba atascada en su garganta. ¿Cómo era posible? ¿Cómo no se había dado cuenta nunca? ¿Acaso todos se habían vuelto locos en esa casa, incluyendolo a él? -yo no sabía... nunca... - ¿tan notorio eran sus sentimientos por Kanon? ¿tanto se le había notado su amor por el bajista y ninguno de sus compañeros se digno a decirle? Claro que no, porque ambos habían estado sufriendo en silencio por su amor no correspondido, tal como él mismo había sufrido por Kanon.

-No digas esas cosas... claro que importan! Tú me importas!- las últimas palabras del menor lo habían hecho reaccionar. -No, Yuuki, no esta bien...- Nervioso porque pensó que el tecladista se iría lo volvió a tomar de la mano, tirándolo hacía él, con más fuerza de la necesaria, sin poder evitar que el cuerpo de Yuuki cayera sobre el suyo, quedando sus rostros demasiado cerca.

Seguía con esa sonrisa boba en el rostro, como si todo lo que dijera Miku le rebotara. Cuando este lo jalo un tanto desesperado dejo que su cuerpo se acerca al de el sin resistirse, lo miro unos segundos a los ojos, con su sonrisa impecable.

- Shh no aclares que oscureces Miku... - dijo en un susurro para luego acercar sus labios lentamente y apoyarlos sobre los de el para no dejarlo hablar más. Y luego comenzar un dulce beso jugando con sus labios, esos besos tan tiernos que solía dar el tecladista.
- Sé que estas muy confundido... trate de dejar de castigarte a ti mismo y date tiempo para pensar que realmente quieres.... yo esperaré... -suspiro- yo esperaré por tu corazón, no por tu cuerpo ni labios...- sonrió.

Cuando los labios de Yuuki se posaron sobre los suyos, abrio sus ojos en sorpresa, sintiendo la calidez de esa boca fundirse con la suya en un tierno beso. Termino cerrando los ojos, correspondiéndole... besando al rubio con la misma ternura, dejando que todos los problemas desaparecieran por esos segundos, por esos momentos que estaba compartiendo.

Dejo su respiración escapar cuando el tecladista se separó de él, sus rostros aún estaban demasiado cerca y Miku sentía la urgencia de volver a tocar aquellos labios.
- Yuu...- susurró luego de escuchar lo que el rubio le decía. Dios... no sabía que hacer, Yuuki.... ¿cómo podía ser así con él? El vocalista sentía mariposas revolotearle en el estómago, nunca antes se había sentido así con el menor... Sus ojos, la forma en que lo miraba, sentía ganas de agarrarle el rostro con las manos y volver a besarlo. -Yo no sé lo que quiero... ni siquiera yo me entiendo- terminó diciendo desviando la mirada, avergonzado de sus sentimientos. -¿Porque Yuu? No valgo la pena...- escaparon las palabras de su boca sin pensarlo, no entendía como Yuuki podía seguir queriéndolo, con el deseo de esperarlo, después de todo lo que había pasado entre ellos.

- Lo sé- suspiró tomando un poco mas de distancia entre ambos.
- Por eso mismo te digo que te des un tiempo para ti mismo y aclares tus sentimientos... no estoy presionando ni nada por el estilo ... solo te estoy aconsejando como amigo y compañero de banda que soy y claro que esta que sea cual sea la desicion que tomes nuestra amistad no se va a perder... -le sonrió dulcemente.

Miku se quedo estatico, encimismado mirando los labios del menor, escuchando cada palabra que éste le decía. Aún no podía creer lo bueno que podía llegar a ser el tecladista, le impresionaba en sobremanera su actitud, y la agradecía... al menos ya sabía que éste no lo odiaba, que no lo quería ver lejos, que lo esperaría y respetaria cualquier desición que tomara.

-Gracias Yuu...- se levantó de la escalera y siguiendo sus impulsos, abrazó a Yuuki, rodéandole el cuello con los brazos, descansando sus labios en su mejilla. -Muchas gracias...- susurró y se acercó a darle un beso, un tierno beso que no duro más de dos segundos, quería agradecerle... y el vocalista estaba acostumbrado a ese tipo de gestos.

Se soltó con una sonrisa, una que no había tenido en semanas, sin dejar de mirar a su amigo a los ojos.
-Creo que seguire durmiendo un rato... me hara bien estar solo... pensar...- murmuró. -bajare en un rato más- termino de decir y subió las escaleras, mirando de reojo de vez en cuando, tratando de encontrarse con los ojos de Yuuki, hasta llegar a su habitación.

Correspondió su abrazo y beso de la manera mas tierna posible, como ya lo había dicho le era imposible odiar a alguien a quien había amado en secreto hasta ese momento.

Suspiro y le sonrío bobamente como era de costumbre en él.- Sera lo mejor... si quieres te despierto cuando este la cena...- le comento mientras lo observaba subir las escaleras.

Se sentía un poco de muchas formas, estúpido por no ser tan maduro como Yuuki, suicida por escucharlo todo hasta el final, masoquista por sentirse feliz después de todo y un espía maleducado por escuchar aquella conversación escondido detrás de un ventanal. Quizás no había sido su intención en un principio, pero debió irse cuando supo que no debía escuchar, pero finalmente le había gustado estar ahí, para por fin entender varías cosas.

Tomó a Tsuki y a Merry, con los cuales se encontraba ahí descanzando, sin que nadie lo notara, lo cual se había vuelto su especialidad, y desapareció por el amplio patio, hasta perderse por la entrada principal y salir al parque, era un lindo día, quizás debía aprovecharlo solo, como lo disfrutaba últimamente.

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Abrió la puerta de su cuarto dando una última mirada al tecladista, sonriendo, algo más tranquilo. Las cosas, en una extraña vuelta de circunstancias, habían salido para bien. Después de todo el desastre que había quedado en esa casa, al menos ahora estaba bien con Yuuki.

-Bien, despiertame para la cena...- le dijo antes de entrar a su habitación, cerrando la puerta tras de si, suspirando.

Se tiró en la cama abrazando la almohada, cerrando los ojos de inmediato. Tenía demasiadas cosas que pensar y el descansar una vez más le haría bien, pasaron un par de minutos antes de que el sueño se apoderara de él, y se quedara profundamente dormido.

[ Cerrado~ ]