Bienvenue (libre para cualquiera de Versailles ^_^)

Los encargados de la mudanza acababan de traerle los últimos paquetes a su nuevo hogar, y éstos estaban muertos de risa en su habitación, en un rinconcito, esperando a ser desembalados. Los miraba con total desgana, e incluso podía escuchar cómo se burlaban de él y decían "Je, je, je, Kamijoooo, ven a desembalarnooos". Vale, no decían nada, pero ahí estaban. Y nadie los iba a abrir excepto él, así que lo mejor sería terminar cuanto antes el tedioso trabajo.
Falta de espacio no iba a tener, precisamente. Su dormitorio era enorme y muy luminoso, estaba muy feliz con su nueva adquisición. También estaba seguro que iba a tener una excelente convivencia con Hizaki y con Teru, a los cuales suponía arreglando sus propios dormitorios. Tal vez sería una buena idea abrir un champagne y celebrar juntos la llegada a un nuevo hogar, así que salió al pasillo para ver si los encontraba.

[Hizaki llega de este lugar~]

-Kamijo-san? estás aqui? -gritó en la puerta, mientras entraba cómo podia las 7 bolsas que traía- si es que estas, ven a ayudarme, por favor...-dijo al apar de haber bajado las bolsas al piso-

Si, Kamijo estaba definitivamente ahi, pero quiso asegurarse si había salido o no.

Mientras estaba en el pasillo inspeccionando a ver si veía a alguien más en la casa oyó la puerta y la voz de Hizaki gritando su nombre. Bajó las escaleras rápidamente y le vio con un montón de bolsas de la compra.
- Hizaki-chan! - exclamó mientras se acercaba rapidamente a él. - No sabía que habías salido a comprar - Se agachó para coger las bolsas. -Yo he estado arreglando mis cosas... etto... ¿dónde quieres que las lleve? -
Tras andar dos pasos soltó las bolsas de golpe y abrazó a Hizaki, repentinamente - Perdona, no te había dado una bienvenida en condiciones...-

-jaja pues si no lo hago yo, quién lo hace? -dijo riéndo- yo soy toda una dama...-acotó- puedes dejarlas arriba de la mesa, asi luego me...-

Kamijo no dejo que terminara de hablar y se abalanzó sobre él, dándole un fuerte y cálido abrazo de bienvenida. El cual a Hizaki le gustó mucho.

Puso sus manos alrededor del cuello del vocalista -Pero no era yo el que tenía que darte la bienvenida? -dijo algo cuestionado- después de todo, y como siempre, llegué antes que tu...-lo soltó y le acarició la mejilla- como siempre, tonto...-esta vez Hizaki abrazó a Kamijo dulcemente. Luego de unos segundos se separaron- Bueno...basta de mimos y a trabajar -dió un aplauso- tu si quieres guarda todo lo recién comprado que yo acomodo tu equipaje, te semble-t-il, bon chevalier?*


*te parece, buen caballero?

Le hubiera gustado que durara mas el abrazo, pero lo bueno siempre acababa.
- Mmm... oui! Me parece, perfecto -contestó tras escuchar su propuesta, tras lo que cogió las bolsas y las llevó a la cocina, dejándolas encima de la mesa. Sabía que Hizaki le iba a matar si veía que no había guardado nada de lo que había dentro de éstas, pero tenía demasiadas ganas de charlar un rato con él.
- Hizaki-chan! -le llamó desde la cocina -¿quieres que brindemos por nuestra nueva casa?

Estaba a punto de entrar en la inmensa habitacion de Kamijo cuando escuchó que este le hablaba.

-Te molestaría brindar en la cama, mon chevalier? -le gritó- será mejor no salir de aquí o se me van las ganas de ayudarte...-dijo riéndose y entrando en lo suyo-

Se adentró en la recámara del vocal y comenzó a desembalar unas cajas con recuerdos, maquillajes, joyeria, etc.
Luego comenzó con las maletas.
Traje por aquí, traje por allá, ropa de deportes, raqueta de tenis, pelotitas de tenis...Kamijo juega tenis?!

-Ne, Kamijo-kun, hace cuánto juegas tenis? -le gritó- o esto es de Jasmine You?

¿Brindar en la cama? Bueno, ahora que Hizaki se había puesto manos a la obra con la ardua tarea de ordenarle sus cosas, no iba a ser él el que le fuera a interrumpir, así que cogió dos copas y la botella de champagne, la cual había abierto en la cocina, y se dirigió a su enorme dormitorio.
- Como diga mi princesa -sonrió y se sentó en la cama, mientrás le veía trastear con artículos relacionados con el tenis - Pues he empezado a jugar hace poco, en verdad, por probar un deporte nuevo, pero vaya, no se me da muy bien. Ne, Hizaki-chan... -sirvió champagne en su copa y se la ofreció - ¿Por qué brindamos?

-no lo se...-le dijo sonriente- bridemos por nosotros, que llegamos bien aquí, no lo se -dijo riendo- yo brindo por nosotros, Salud! -y alzó su copa-

Copa aquí copa allá, terminaron tomandose 3 botellas de champagne.
Normalmente, Hizaki soporta esas cantidades de alcohol, pero hoy el etílico no estaba de su lado y comenzó a sentirse mal, sumandole lo poco sobrio que estaba.

-Kami-kun...-dijo tocándose la sien- me duele la cabeza...-acotó, ya que le pasaba en verdad- cúrame...-

Ya ni se acordaba de por cuántas cosas habían brindado. Ni siquiera podía contabilizar cuantas copas habían podido tomar, pero había tres botellas vacías en el suelo. Y todo empezaba a darle vueltas mientras un terrible calor ascendía a su cabeza. Miró a Hizaki, tenía el rostro encendido y parecía estar bastante mareado.
-¿Te encuentras muy mal? ¿Necesitas tumbarte un rato, cherie?
Se levantó de la cama y se dirigió a la ventana, cerrando las cortinas. - Así está mucho mejor, oscurito, ¿qué más puedo hacer por ti?

-yo necesito....-dijo mirándolo, mientras se reñamía el labio superior y acercándose a Kamijo- besitos y mimitos...-rió tiernamente- me los darias? -miró al techo y le tomó una mano, acariciándola con su dedo pulgar-

Estaba tan ebrio que ya ni sabía lo que decía, pero lo que si sabia era que deseaba que Kamijo lo besara.
Raramente, hace un tiempo se enamoró del vocalista por su forma de ser, pero descartó la idea, ya que éste jamás se fijaría en el.

- ¿Mi princesa quiere besitos y mimitos? - le preguntó, cogiéndole la mano y besándosela. Él no era nada inocentón, sabía por donde iba la cosa... pero no creía estar tan ebrio como para eso. Y Hizaki era demasiado especial, demasiado importante para él, no quería hacer nada que pudiera estropear la relación que tenían, y menos ahora que vivían juntos. Se limitó a acercarse a su rostro y besarle en la frente, para luego acariciar sus mejillas con la yema de sus dedos, suavemente.
- Realmente se te ve precioso, así, con las mejillas encendidas - le susurró, mirándole fijamente a los ojos.

Hasta el mismo juraría que no sabía que era lo que estaba diciendo...cómo rayos se llegó a atrever a pedirle eso a Kamijo?
Igualmente el castaño sabía bien que era lo que le pasaba cuando se embriagaba, asi que lo controló y le besó la frente. Luego le acarició las mejillas.

-Gracias Kami-kun...-le sonrió y se le puso la carne de gallina, ya que Kamijo tenía las manos frías- sssd...estás helado...-lo miró, le besó la mejilla y lo abrazó- abrázame fuerte Kamijo...-dijo depositándole un amistoso beso en la mejilla-

- Sí, es que tengo un poco de frío, la verdad -le respondió. No es que hiciera frío, pero a fin de cuentas la casa había estado vacía algo de tiempo y se habían quedado las habitaciones un poco heladas. - Yo te abrazo todo lo fuerte que quieras, cherie - continuó - pero con la condición de que nos metamos debajo de las mantas, para estar más calentitos-
Notaba sus ojos muy cargados, como pesados. Seguramente sería del alcohol en vena. No obstante, trataba de luchar contra esa sensación para no quedarse dormido. Tenía muchas cosas de las que hablar con Hizaki.

-esta bien...-se separó de el- te noto pálido, si quieres tápate...-le sonrió mientras se paraba- iré a ponerme algo mas cómodo...el vestido imcomoda...-
Fue hacia el biombo que había ahí y se puso unos joggings negros, una remera blanca con un abrigo del mismo color y unas pantuflas de pompón. Se puso al lado de Kamijo, el sentado y el morocho acostado.
-listo...-lo miró desde arriba y le sonrió mientras le corría el pelo de la cara. Se le notaban ojeras, y Hizaki estaba un poco mas despavilado...cuando bebe champagne, los efectos le duran un rato, hasta que vuelve a la realidad, mitad sobrio- quieres dormir?...-le acarició la mejilla-

Se metió debajo de las mantas, sin importarle la ropa que llevaba, mientras venía como Hizaki se dirigía al biombo a cambiarse. Levantó un poco la cabeza para mirarle mientras lo hacía, volviendo a tumbarse cuando éste ya estaba a su lado.
- Pues... la verdad. Mis ojos están cansados, quieren dormir. Pero yo no -le sonrió- Tenía muchas ganas de verte, Hizaki-chan. ¿Seremos capaces de convivir en la misma casa? -rió ligeramente- Yo puedo llegar a ser muy mal compañero de piso. Y seguro que tú acabas regañándome todos los días... - le cogió la mano de repente y se la besó- Pero estará bien, ¿verdad?

-ganas de verme a mi?...-sonrió- claro que seremos capaces! Kamijo, tu eres mi mejor amigo, es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida...tu sabes que no me gusta estar solo, lo sabes bien y sabes como me comporto cuando lo estoy...-rió- y no serás mal compañero...además regañarte es costumbre ya...-le sonrió gracioso al sentir el beso en su mano- estará muy bien...-hizo que el se sentara a su lado- aunque yo sea el que tenga que limpiar, cocinar, comprar, exigirles que acomoden y demáses...-se rascó la mejilla- de todos modos soy una damita...es mi deber...-rió otra vez y lo miró a los ojos. Kamijo llevaba puestas las lentillas celestes que le gustaban- etto...no te quitarás tus lentillas?-

- Bueno, no dejaré que te quedes tú con toda la tarea, mi damita... -le respondió, incorporándose- En algo te ayudaré... Y sí, me voy a quitar las lentillas, no es plan de dormirme con ellas.

Se levantó de la cama haciendo un poco de zigzag por culpa del mareo y buscó en una de sus bolsas su portalentillas. Se las quitó sin mirarse al espejo y las guardó allí. Una vez terminó, volvió a la cama para acurrucarse debajo de las mantas, abrazándose a Hizaki.

- Ahora ya puedo cerrar los ojos sin miedo... -comentó, acomodándose.

gracias...-le sonrió- podrías ayudarme con el supermercado...otra cosa no creo que quieras hacer...-rió y lo despeinó un poco- luego veremos...-

Kamijo dejó sus lentillas en la cajita y volvió a la cama. Sintió cómo le abrazaba.
-y por qué tendrías miedo? Si yo te cuido...-le besó el pelo-...iré a buscar agua...quieres un poco? -le dijo dulcemente-

- Bueno, más que miedo, me da un poco de grima pensar que se me pueden quedar las lentillas metidas en los ojos -le explicó, mientras ponía una mueca de asco, para luego sonreir. - El problema es, que sin los ojos azules, ya no tengo pinta de príncipe de cuento de hadas, ne? Pero eso no te importa, ¿verdad? - alzó la mano para volver a acariciar la mejilla de Hizaki - Tú siempre me parecerás una princesa, da igual lo que lleves puesto...

Volvió a incorporarse un poco, para acabar sentado en la cama.
- Sí, traeme un poco de agua, aunque... -se tocó la barbilla- se me ha antojado helado... ¿tenemos?

-si...-se estremeció al oír lo de las lentillas. Luego cambió su voz a un tono gracioso y tierno- si que la tienes, y así sea que no tienes lentillas, siempre serás nuestro príncipe...claro que no me importa, eres hermoso así como eres...-le sonrió y sintió la mano de Kamijo en su mejilla, luego la tomó y la besó dulce- gracias...-

-ehm...helado? -pensó- si, hay un balde que tiene de chocolate blanco, pistachos, chocolate con leche y crema del cielo...a mi también se me antojó -le sonrió- vamos a comer al living? Traje películas, no te dije-