Cita

-No es mi culpa que no hayas podido salir con él- dijo con resentimiento, ¿porque Kanon quería hacerlo sentir culpable? Se sentía lo suficientemente mal ya como para querer más.
Vió como su amigo trataba de acercarse, pero se retractó, dejando a vocalista con la leve esperanza de que el enojo de su amigo había cesado.

-No quiero,- dijo testarudamente. -No entiendo porque estas así de molesto conmigo- dijo casi sollozando, se sentía frustrado y necesitaba respuestas de parte del bajista. -¿Acaso no me quieres?- trató de acercarse tomando las manos de Kanon con las suyas.

Parecía que Miku no conocía bien a Kanon, porque de verdad debió de haber aprovechado ese momento para salir de ahí, pero el vocalista en vez de eso, lo continuaba retando, haciendo que la poca paciencia que el quedaba al de cabello negro se le terminara.

-En primer lugar, si no hubieras hecho un espectáculo ya estaría disfrutando de mi cita, así que sí Miku, sí es tu culpa.- dijo serio y molesto, porque según Kanon, Miku lo había hecho adrede. Y encima le preguntaba si no lo quería, ¿qué no le había dicho miles de veces que lo adoraba?, ¿necesitaba de verdad oírlo una vez más?

-¡¿Por qué preguntas eso?! ¡¡Fuera!!- abrió la puerta para que Miku saliera.

No entendía, Miku era terco y estaba completamente ciego a su verdad en ese momento, él no estaba mal. Él no podía ser el malo, el malo era Kanon por no poder comprender las necesidades de su mejor amigo.

-¿Que yo tengo la culpa?- respondió molesto. -¿Show? Yo no hice ningún show,- afirmó enojado, esto era el colmo. ¿Cómo podía el bajista siquiera insinuar que lo que había pasado antes había sido intencional? -Me sentía mal! Y tu eres mi amigo, ¿acaso esa maldita cita era más importante que yo?- las palabras salían impulsivamente, y la cordura que siempre lo caracterizaba había quedado atrás.

Eran pocos los que alguna vez habían visto enojado a Miku, la banda había sido testigo de sus explosiones emocionales en más de una ocasión. Y el mayor, que ahora lo echaba de su habitación, debería haber predecido aquellas reacciones en él. El vocalista podía ser demasiado bipolar para su propio gusto.

-¿Porque me gritas así? ¡¿Quién demonios te crees?!- le gritó pateando la puerta con fuerza, la cuál volo y se cerró de un portazo.

Miró molesto a Miku, porque claro que era su culpa, y no entendía qué era lo que le hacía sentir mal, porque según el bajista, el rubio estaba muy bien para gritarle todas esas cosas; ahora Kanon sí estaba histérico, lo que fuera que dijera de ese momento en adelante sólo serían palabras dedicadas a herir los sentimientos del cantante.

-¡¿Cuál es tu maldito problema eh?!- ahora levantó mucho más su voz.- ¡¿crees que porque te me regalaste una noche ahora tengo que hacer todo lo que te dé la maldita gana?! ¡¡Mira que piensas como puta!!- le agarró con fuerza el brazo, lastimándolo...y esa ves esa sí esa su intención, lo estampó contra la pared y continuó doblándole el brazo.

-No me retes Miku...que sabes bien las cosas de las que soy capaz.- retrocedió un poco y lo volvió a golpear contra la pared.- ahora sé un buen niño y lárgate a tu habitación o voy a tener que hacerte daño...

La rabia que tenía dentro se mezcló de súbito con un dolor extremo en el corazón, las palabras de Kanon lo estaban desgarrando. ¿Era así como el bajista lo veía? ¿Nada más que alguien necesitado que lo había buscado una noche cualquiera? Para Miku aquel encuentro entre ellos dos había significado mucho más.

-¡Hijo de puta!- gritó enojado. -¡¿Que me regale?! ¡Tu fuiste él que se metió a mi habitación en la madrugada! ¡Tú comenzaste todo!- trató de empujarlo, pero el mayor le volvió a tomar del brazo y lo tiro contra la pared.

El vocalista sintió un dolor horrible en el hombro, ¿acaso Kanon quería romperle el brazo? -¡¿Daño?! ¡¿Cuanto daño más me puedes hacer?! ¡Ya me tienes destruido por dentro!- trato de safarse de los fuertes brazos del bajista, pero sus intentos eran en vano, no había forma de soltarse, las lágrimas nuevamente amenazando con caer por su rostro. -¡Sueltame! ¡Sueltame te he dicho! Eres un maldito... te aprovechas porque sabes que soy más débil que tu-

-¿Hijo de puta? ¿yo? ¡Por favor!- no sabía si era por el alcohol, pero él no recordaba que las cosas hubieras sido exactamente de esa manera.- ¡no mientas! ¡¡Te me lanzaste encima!!- le reprochó muy molesto.

Las palabras de su amigo ya no le importaban, no le importaba ser un abusivo que se aprovechara de la debilidad del otro, porque como él lo veía, el rubio también se había aprovechado de sus debilidades, así que de alguna forma estaban a mano, de verdad estaba molesto por no haber podido salir a su cita.

-¡Ya deja de decir tonterías...! ¿y por qué es que no te quieres ir? ¿acaso quieres que te lo haga de nuevo...?- lo pensó un rato y sonrió enfermizamente.- eso no ¿no? Miku...jamás te imaginé tan perrita...- lo lanzó con fuerza a la cama y después se acercó a él; en el fondo no tenía intenciones de dañarlo, no así...así que esperaba que con eso sí se fuera Miku.

Se sonrojó, el dolor no le evitaba sentir verguenza, en el fondo sabía que su amigo tenía razón. Había sido él el que había comenzado todo aquella noche, él había besado a Kanon, él se había entregado. Él le había "regalado" su virginidad, todo por aquellos sentimientos que eran inevitables en él. Hasta el día de hoy, Miku no podía admitir los fuertes deseos que sentía por su compañero de banda. Era casi como un amor prohibido.

-Yo... no...- se quedo en silencio sin saber que decir, no tendía defensas contra las acusaciones del bajista. -¡No estoy mintiendo!- gritó desesperado al sentir el agarre en su brazo con más fuerza.

Las lágrimas corrían por sus mejillas una vez más, el dolor en su brazo, más el dolor que sentía dentro de su corazón le corroían.
Un miedo le recorrió el cuerpo al ver aquella sonrisa en la cara de Kanon, le temía y mucho. Le tenía terror a aquel ser en que Kanon podía convertirse cuando la rabia le nublaba la mente.

-¡No! ¡Déjame!- cayó sobre la cama, y el cuerpo de su amigo lo detuvo cuando trato de levantarse. Se puso a llorar con más fuerza, ya ni siquiera intentando contener las lágrimas, el corazón se le despedazaba, pero la rabia dentro de él crecía aún más. -¿Que vas a hacer si no me quiero ir? ¿Vas a obligarme Kanon-chan?- susurró, entonando el nombre del bajista lo más despectivamente posible.

No podía creerlo, debía de ser sólo su imaginación, porque le había parecido que el vocalista no se quería ir, aún sabiendo que Kanon era muy capaz de hacerle cosas terribles, no quiso irse, el rubio tenía que estar loco; las últimas palabras de su amigo retumbaron en su cabeza, no...no iba a obligarlo, él ya no era así. Miró a Miku a los ojos, perdido en sus pensamientos, tenía que hacer algo, tenía que alejarse o diría y haría cosas tan terribles que ellos dos jamás podrían volver a ser amigos.

-No...peque.- a pesar de lo muy furioso que estaba, lo llamó de esa manera, porque su cabeza estaba en conflicto en ese momento.- yo no te haría eso.- no a Miku, no a su pequeño hermanito.

Soltó los brazos del más bajo suavemente, aún medio perdido en sus pensamientos y pesadillas, si el vocalista no quería irse, entonces él tendría que hacerlo, se paró de la cama y salió de la habitación, metiéndose en la del rubio y cerrando la puerta, echó cerrojo y se sentó en el suelo para después comenzar a llorar amargamente. Sólo deseaba que Miku desistiera, que se quedara tranquilo y poder estar en paz, sabía que tenía que regresar a su propia habitación en algún momento, pero primero el cantante tenía que calmarse.

Ya no podía más, le dolían las muñecas, las lágrimas caían por su rostro y su respiración era entrecortada. Pero lejos lo que más le dolía era la actitud cambiante de su mejor amigo, de su hermano, su verdadero amor.

Se quedo quieto y en silencio, no intento hacer nada cuando el mayor se levanto de la cama, soltando a Miku. No trató de seguirlo cuando éste se levanto y se fue de la habitación. Ni tampoco intento llamarlo cuando escuchó la puerta de su pieza cerrarse.

'¿Cuál es mi maldito problema?' pensó recriminandose. -¿Tanto lo necesito?- se preguntó en un susurro. 'Sí...' respondió su misma mente, mientras más lágrimas caían.

Se levanto finalmente y camino hasta su habitación, golpeando la puerta levemente, se sentó en el piso. -Kanon...- lo llamó.

Cuando por fin pensó que iba a tener paz y tranquilidad, sintió que alguien llamaba a la puerta, no...no iba a pararse a seguir discutiendo, están tan cansado de pelear que se sentía enfermo ya. Pero Miku lo llamó suavemente, al principio pensó que quedase callado sería lo mejor, y que el rubio tendría que resignarse e irse, pero conociendo bien a su amigo, eso no pasaría pronto.

-Vete...- le respondió mientras se apoyaba suavemente en la puerta y se quedaba sentado, necesitaba un cigarro pero seguro que en el cuarto del cantante no habían.- por favor...sólo vete.- le volvió a pedir, sólo quería que se fuera y poder estar tranquilo, estar en paz y poder pensar en las idioteces que había dicho y hecho, en lo mucho que había lastimado a uno de sus mejores amigo, Miku tenía que entenderlo, lo hacía por su bien.

Aún no paraba de llorar, pero los sollozos habían cesado, cargo su espalda contra la puerta de su propia habitación escuchando la voz de su amigo en son de respuesta. Una pena enorme lo invadió pero no hizo nada más que suspirar, era obvio que no podía hacer nada más... Kanon no quería verlo, ni hablarle, ni tratar de resolver nada, y por mucho que el vocalista lo necesitara, no podía insistirle por siempre.

-Perdoname Kanon...- dijo algo bajo antes de comenzar a caminar rumbo a la habitación de su amigo. Si el bajista se iba a quedar en su habitación, Miku tendría que dormir en la pieza del mayor.

Se tiró en la cama que momentos antes había aprisionado su cuerpo junto con el de su mejor amigo y sintió sus mejillas arder. ¿Eran tan fuertes aquellos sentimientos que tenía por Kanon? Lo eran, y el menor no podía negarlos ni evitarlos.
Cerró sus ojos lentamente mientras el sueño comenzaba a invadir su cuerpo. Los últimos pensamientos que rondaron por su mente fueron los labios de Kanon besando los suyos, y entre deseos y ansiedad, el vocalista finalmente se quedo dormido.

CERRADO