Ain't Afraid To Die (Takuya)

-Deja de disculparte por estupideces, Miku-dijo tratando de recuperar el aliento.- ya es hora de que madures y veas el mundo ¡Hay más gente! y si no sabes cómo actuar frente a ellas pues métete a una puta escuela de comportamiento y si eso no sirve contra tu maldito egoísmo, pues me importa un carajo... ve aprendiendo que no puedes ir besando a la gente porque sí, sólo porque se te da la bendita gana de besarlo para que se calle o te haga caso... -lo miró serio y lo agarró por los hombros.- ve aprendiendo Akiharu Tsukiyama que NO puedes tener TODO en la vida y que NO SIEMPRE te saldrán las cosas como tu mente lo desea, no eres el centro del universo y ya NO eres el mío, o no lo serás... déjame en paz-retrocedió con él hasta el pasillo, sin dejar de mirarlo.- Aléjate de mí...-entró a su habitación, esta vez cerrando con pestillo y poniéndose los audífonos, se acostó en su cama y puso el máximo de volumen.

Aunque hubiera tratado de hablar, hubiera sido incapaz de pronunciar palabra. Todas esas cosas que Takuya le había dicho lo habían dejado paralizado, en shock y con ganas de que la tierra se abriera y él dejara de existir.
Esto debía ser odio, esto debía sentirse ser odiado... La última vez que Miku se había sentido así había sido el día que decidió irse de su casa. Abandonar a sus padres y a su querida hermana... dejar todo atrás por el odio que ellos le profesaban. Esto se sentía parecido, el rechazo que se merecía y sentía de parte del menor... no podía soportarlo.
Afirmado de los hombros el guitarrista lo obligo a caminar hasta afuera de la habitación y una vez más se quedo sin palabras, intimidado por la mirada penetrante del menor sobre él. Takuya cerro la puerta tras de si dejándolo en el pasillo, con lágrimas aún bajando por su rostro y sin saber que hacer.Quisiera admitirlo o no, estaba destruyendo su propia banda, su familia, y no sabía como restaurar aquel vínculo que se había roto.

No supo cuanto rato se quedo ahí de pie, mirando la puerta, esperando que de alguna manera las cosas se resolvieran solas... cuando sintió ruido en el primer piso, una amargura subio desde su estómago hasta su boca, y obligándose a caminar se encerró en su habitación, tirándose en la cama sin dejar de llorar. No saldría de esa habitación jamás... se quedaría ahí para siempre.
Cerró los ojos cansado, quedándose dormido luego de unos minutos.



[CERRADO~]