Konran (Kirito)

Habían pasado un par de días desde que tuvo que ir al hospital por culpa de tanto alcohol. Y había pasado el par de días encerrado en su cuarto. No le apetecía salir de su habitación. Aunque la casa estuviera terriblemente vacía. Aún así, por si acaso aparecía alguno, no salía a excepción de lo justo y necesario.
En esos días se le había pasado varias veces la imagen de Kirito por la cabeza. Bueno, quizá fueran unas cuantas más. La anterior vez que se habían visto había sido en la clínica, con Jui. Le había dicho que le concediera 3 deseos…no recordaba ni cómo había llegado hasta eso…pero no había ido. Y se lo había encontrado estando con Hakuei.
Apenas recordaba nada de esa noche. Sólo el malestar que tenía por compartir a Kirito con otra persona…¿por qué sentía eso? ¿Qué era lo que le pasaba por la mente o por donde fuera y no sabía capaz de racionalizar?
Se dio una ducha fría y se puso una camiseta de tirantes blanca y unos vaqueros. Salió a pasear. Hacía una buena tarde. Pasó por el supermercado a comprar. Y, al final, llegó hasta la puerta de su casa. Que qué hacía allí, no se lo podía responder. Pero ya estaba, ¿Verdad? Ya no iba a dar media vuelta.
Suspiró y tocó el timbre, pensando qué mierda le iba a decir.

Llegaba el verano, y con el sus altas temperaturas, esas que para Kirito no eran tan altas. Sentado en la misma banca por minutos, había vuelto a estremecerse acurrucándose en su chaqueta cerrada, que había decidido utilizar sin nada abajo.
Vio a su manager llegar por fin con unos documentos y algunas bolsas del supermercado. Hablaron algunos momentos de esto y aquello, pregunto por su hermano y Takeo, confiado en la privacidad que le ofrecía el otro hombre, le dio las gracias por hacer las compras del mes y rechazando su oferta de llevarle a casa, se fue con los documentos bajo un brazo y las bolsas en las manos. Mientras caminaba la nueva canción en su cabeza tomaba forma, como siempre le pasaba que veía las notas en el papel, ya le tenia lista la letra, y había comenzado a tararearla para ver como quedaba, hasta que se paro en seco, mudo al ver la ancha espalda frente a el.

- Que haces aquí?...- Pregunto liberado de su mutismo, con voz siseante para caminar un poco dejando las bolsas en el suelo y buscar las llaves en su pantalón…- No es necesario que contestes, la verdad no me importa…- abrió la puerta y tomando nuevamente las bolsas entró dejándole la puerta abierta por si quería seguirle.

No le abría la puerta. Esperó un rato y decidió volver a llamar, por si acaso. Pero antes de hacerlo escuchó una voz a sus espaldas.
Sonrió. Seguía igual que siempre. Entró detrás de él y cerró la puerta suavemente.
- Ni siquiera me preguntas cómo estoy...¿no te importaba que me muriera? -se acercó a él y le quitó las bolsas de las manos, para llevarlas todas a la cocina. Se hubiera puesto a guardar las cosas en su sitio, pero claro, no sabía cuál sería su sitio. -Da igual...no me contestes tú tampoco.
Cogió su propia bolsa de supermercado y la puso delante de Kirito
-Te traje ginebra. Por la otra vez que me invitaste...-miró las bolsas curioseando-aunque seguro que por aquí ya tendrás algo de alcohol...-se apoyó en la encimera, con los brazos cruzados, mirándole.
En realidad, le había echado de menos. Qué tontería.

Se sintió extraño al ver que le tomaba las bolsas de las manos, casi como si le estuvieran robando, sin embargo no las retuvo, solo le siguió hasta la cocina. Preguntarle como estaba era su primera cosa en mente, sin embargo había planeado esperar a que entrara, y tocar el tema ya cuando estuvieran mas cómodos, por lo que le molestaba un poco que Die reclamara algo como eso, aunque prácticamente no le interesara mucho si fallecía o no.
Tomo la botella de ginebra que había traído algo entusiasmado para luego guardarla como también guardaba las demás cosas en su lugar.

- Quería preguntarlo, no es que este ahora muy preocupado… te soy sincero, pero en ese momento me tomaste por sorpresa, no se ve a una persona caer al suelo de repente todos los días…- le sostuvo la mirada, dejando de moverse por la cocina y luego volvió a lo suyo sin mucha prisa.- Estuve incluso pensando en volver al otro día, pero lo reconsidere, que haría yo ahí? Cuando en realidad no me importas ni un poco?...- medio sonrío para si mismo divertido con lo que decía y saco una cerveza, destapándola para luego ofrecersela.

Cogió la lata de las manos de Kirito. Se sentía un poco decepcionado. Pero es que había sido estúpido pensar que estuviera preocupado por él. No le importaba ni un poco...estaba bastante claro. Entonces, ¿por qué había tenido que ir a su casa? ¿Por qué había tenido que estar pensando en él tanto tiempo si el otro le había dedicado tan poco dentro de su mente? Bebió mientras miraba a un punto de la pared, sin percatarse de cómo el cantante iba guardando todo.
Sacudió la cabeza intentando no pensar y le miró
- Podrías haber pasado...no pasó nadie. De todas maneras, nadie se enteró, claro. -se encogió de hombros. Cuando llegó a su casa después de que le dieran el alta se encerró en su habitación. No quería que nadie se enterara de semejante estupidez.Miró la lata sonriendo-No sé si es bueno que me des de beber después de lo que pasó, pero gracias -dijo sonriendo y levantando la lata, volviendo a darle un sorbo después