Itadakimasu! (Hide)

Realmente cocinar no era uno de sus hobbies favoritos. Es más, si era para él, prefería comprarse algo ya hecho que cocinárselo, le resultaba ciertamente tedioso. Pero hacerlo para alguien... eso no le importaba. Incluso le podía resultar divertido. Por eso había decidido que, en vez de salir a tomar algo por ahí con Hide, lo mejor era invitarle a comer a su casa.
Lo difícil fue elegir qué cocinar. Tras varias vueltas por el supermercado y dejarlo sin existencias, como siempre, se decidió por hacer algo italiano... lasagna! No podía fallar, porque la comida italiana le gustaba a todo el mundo. También compró lambrusco para beber y tiramisú de postre.
Toda la mañana la pasó cocinando la lasagna, plato fácil pero trabajoso. Ya sólo quedaba ponerla en el horno para que se gratinara, así que esperaría a que Hide llegara mientras veía la tele tranquilamente.

Salió de la sala de ensayos con su guitarra al hombro. Subio a su coche con prisas, Jui lo había invitado a comer a su departamento el día anterior cuando hablaron por teléfono. Hacía varios días que no sabía nada de él. Estaba trabajando duro, componiendo y grabando música y pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en ello sin ver a sus amigos. Ya necesitaba salir y descansar. A los veinte minutos llego y aparcó su coche en el parking. Luego de caminar unos metros, llegó a la entrada del piso, y llamó al interfono para avisarle a Jui que ya estaba alli.

De repente sonó el telefonillo. Hide ya habría llegado, así que Jui se levantó y se dirigió felizmente a la entrada.
-Sube!- canturreó sin ni siquiera preguntar quién era.
Vivía en un décimo, así que le daría tiempo a ir calentando el horno para la lasagna mientras su invitado subía. También había puesto el lambrusco a enfriar, así que ya todo estaba casi preparado. Tenía muchas ganas de ver a Hide. Desde que se conocieron no lo había vuelto a ver, y realmente le había caído muy bien. Seguro que iban a ser buenos amigos.

Se sorprendio que le dijera "sube" sin preguntar siquiera si era él o un vecino. Sonrió y tomó el ascensor. Otra vez aquellas dichosas diez plantas. Suspiro tomando valor sin querer pensar en nada de lo que pudiera suceder. Entro en el ascensor y se cerraron las puertas. Sacó el mp4 y se puso a escuchar musica, mientras las imágenes de la última vez que estuvo alli volvieron a su mente. Hacia tiempo que no veia a Jui, ¿estaria igual? ¿Que look llevaría ahora? Sonrio al recordar aquello y pensar en Jui y Die, que seria de él tambien. Se puso a mirar como los botones brillaban marcando cada piso que subia. Escucho una campanilla y las puertas se abrieron. Respiró aliviado saliendo del ascensor y guardó su mp4 en el bolsillo de la chaqueta y camino unos pasos para lelgar a la puerta del piso de Jui. Tocó el timbre de la puerta y espero a que le abriera Jui.

Parece que no había tenido muchos problemas para llegar, ya que casi sin darle tiempo a poner el horno a calentar para la comida, había sonado el timbre de la puerta.
Se apresuró hacia ella no sin antes echar un vistazo a su atuendo, en el espejo que había justo a la entrada. Se había vestido de blanco, aún no sabía muy bien por qué, pero tanto su pantalón como su camiseta eran blancas. Se retocó el cabello y abrió la puerta, esperando encontrarse al otro lado una cálida sonrisa.
- Hola! - exclamó nada más abrir.

-Hola, Jui-san... ¿Que tal estas? - le sonrio contento feliz de volver a verle. Estaba vestido de blanco, le encantaba verle de blanco. Entro al piso y se sacó la chaqueta.
-Perdona que he llegado antes de lo que habiamos quedado, pero vine demasiado rápido con el coche por las calles, menos mal que no había ningún guardia urbano vigilando por ahi...creo que me pasé con la velocidad, pero queria llegar pronto para verte - le acaricio la mejilla sonriéndole - estas espectacular Jui...me gusta mucho la ropa que llevas puesta- miró alrededor del piso y sonrio - Jui-san me encanta este departamento que tienes, es precioso...

Se sonrojó muy levemente con el comentario de Hide. - Tú sí que estás espectacular, Hide-chan - le hizo un gesto con la mano para indicarle que pasara - Pasa, pasa! Y no corras tanto por ahí, hombre, que es peligroso! -le regañó de forma cariñosa.
-Muchas gracias! Ya me dijiste la primera vez que viniste aquí que te gustaba mucho mi departamento, veo que no has cambiado de opinión - le contestó mientras se dirigía a la cocina y abría la nevera - ¿Te gusta el lambrusco, Hide-chan? Yo no lo he probado nunca, pero me han dicho que va muy bien con la comida italiana.... a todo esto, ¿te gusta la comida italiana? A ver si he metido el patón ahora, jaja!

- me encanta el lambrusco... ¿No lo has probado? Pues sabe muy bien...sube un poco a la cabeza pero si estas acostumbrado al alcohol como lo estamos-sonrio- no te hara daño, verás...-se sento en el sofa mientras escuchaba lo que le decía Jui desde la cocina - Comida italiana... ¡Me gusta mucho! Hace tiempo que no la pruebo... ¿Que has hecho, Jui? Huele muy bien...- sonrie y agrega- Realmente me costo tomar ese asensor, pero lo logré, seguramente debes tener una vista maravillosa desde la ventana... diez pisos, dios... casi la torre de Tokyio...- ve que esta la televisión encendida y ve que estan pasando un programa humorístico - ¡ohhh, es el programa Hey, hey, Hey!, ¡me encanta! me divierte mucho... me han llamado un par de veces y lo pase genial con esa gente...

- ¿Sube mucho a la cabeza? - preguntó, referente al lambrusco, mientras salía de la cocina con unas copas y la botella - Dios mío, menos mal que estamos acostumbrados... más o menos -sonrió. Se acercó donde estaba Hide y le dio la botella - anda, ábrela tú que yo soy un torpe y puedo echar mi casa abajo con el tapón, jaja!
- Pues me alegra que te guste la comida italiana, porque he hecho lasagna. Ahora se está terminando de gratinar, le queda poco. Ah! y si te quieres asomar por la terraza, eres libre para ello, ne? La verdad es que una de las cosas que más me gustó de este departamento, a parte de la luminosidad que tiene, fueron las vistas -le explicó mientras miraba hacia la ventana. Parecía que a Hide le había llamado la atención el programa que echaban por la tele- Sí, es muy divertido, suelo verlo a menudo!-añadió

Tomó la botella entre sus dedos y fijando el sacacorchos en el corcho, tiró de él con fuerza haciendo que el corcho no volara por el aire pero si cayera al suelo. Miró a Jui por si se había asustado con el ruido que hizo al destaparse la botella y le sonrio.
- Que buen sonido hizo...eso es que es muy bueno, de primera...y mira, Jui, el color que tiene...-
levanto la botella para que la observara Jui a la luz y tomando una copa la llenó un poco y la llevo a los labios para probarlo.
- ...delicioso...prúebalo, Jui, a ver si te gusta...-
le sirvio en la otra copa y levantandose del sofa se la dio. Miró la terraza y sirviendo más vino en su copa, sonrio.
-Quizás mas tarde pueda salir a la terraza y ver el paisaje, me tiene intrigado, quiero ver como se ve todo desde aqui...- se giró a mirarle y yendo con la copa en la mano se acercó a la cocina y se quedo apoyado en el marco de la puerta pero mirando a Jui.
- Huele muy rico... que bueno... ¿Quieres que te ayude en algo?-

El ruido que produjo el tapón de la botella al descorcharse le provocó un respingo y soltar un pequeño gritito. Era algo impresionable con respecto a los ruidos repentinos.
Hide decía que el vino estaba muy bueno, así que se acercó a él para servirse un poco. Y así era. -Vaya! Es super fresquito, me encanta! Si lo llego a saber lo hubiera comprado antes, como siempre estoy bebiendo cerveza, pues claro...- Dejó su copa en la mesa dirigiéndose de nuevo al horno, para ver si la comida ya estaba lista.- Si quieres y no tienes vértigo, luego podemos tomarnos el café en la terraza, tengo ahí puestas unas sillas para eso -le explicó, sonriéndole. - Y nada de ayudar, eres mi invitado. Tú ponte cómodo que a esto le falta nada!

- A que sí está bueno este vino...- le respondió bebiendo otro sorbo de su copa y miró hacia la terraza de nuevo, mirando que había el ella.- si... me gustaría tomar el café allí afuera, creo que no tengo vertigo, solo algo de fobia a los ascensores, pero bueno, sería cuestion de acercarme y mirar...- sonrió llevando su copa de vino en la mano y sentándose en una silla de la cocina, observó como Jui cuidaba de la comida en el horno.
- Jui... cuéntame como has estado en todo este tiempo que no nos hemos visto... yo he estado trabajando mucho y casi no he tenido tiempo de llamar a nadie para verle... perdona que no pude llamarte antes, en cuanto miré la pantalla de mi teléfono y vi tu nombre, me puse muy feliz y escuchar tu voz me alegro mucho... quería volver a verte, de verdad...- le dijo tomando el último sorbo de vino de la copa, que dejó sobre la mesa que allí habia.

-Pues no tengo novedades qué contar, la verdad... - le respondió- Bueno, ahora que lo dices, el otro día fui al médico y me encontré con Die allí... - se quedó pensativo tocándose la barbilla- Me pareció verlo bastante mal, la verdad, me dejó preocupado. Parecía muy nervioso. Y luego apareció Kirito-san, el que era vocalista de Pierrot, ¿le conoces? No sé, fue todo un poco raro- explicó, gesticulando con las manos.
Por fin la lasagna parecía haberse terminado de gratinar, por lo que abrió el horno y trato de coger la fuente con la ayuda de unos paños para no quemarse, llevándola después a la mesa donde ya estaban puestos los platos y los cubiertos. Sirvió una porción en cada plato y llamó a Hide para que se sentara. - Te pongo primero un poquito, vaya a ser que me haya salido muy mal y no te guste -le dijo, riéndose. No confiaba demasiado en su propio arte curinario, pero realmente no estaba mal. - Y ten cuidado, que está muy caliente. Itadakimasu!! - exclamó juntado las palmas de las manos.

Se quedó pensativo cuando le habló de Die. Se lo había encontrado en el médico, le pareció raro... y le nombró a Kirito también. Se sentó a la mesa y miro la lasagna.
-¡Ohhh! ¡Que buena pinta tiene! Itadakimasu! - dijo juntando las manos también- Voy a esperar unos segundos a que se enfríe un poco para no quemarme ...- tomó la botella de vino y sirvió más en otras dos copas. Dejó la botella y tomó la copa entre sus manos, miró el vino y miró a Jui - ¿Que le pasa a Die? ¿Esta enfermo, Jui?...-le preguntó con voz preocupada y arqueó una ceja - Kirito-San... si... lo conozco... ¿Que sucedió? - dijo bebiendo un sorbo de vino.

- Bueno, enfermo no estaba realmente -le contestó, soplando de vez en cuando a su lasagna - Estaba mal psicológicamente. Como nervioso, no sé... nervioso y estresado. Y cuando llegó Kirito-san, se puso aún más nervioso e incluso le pegó. Algo debió pasar entre ellos dos pero no me he enterado muy bien, la verdad -miró hacia el lado, pensativo, recordando aquellas escenas- Dijo Die-chan que ya me contaría un día que quedáramos. - Miró directamente a Hide a los ojos- Bueno, ¿y tú? ¿qué tal estás? ¿Alguna novedad que contar?¿Volviste a ver a Die-chan? - escupió las preguntas tan rapidamente que eso parecía un interrogatorio.

- Supongo que si... algo habra pasado entre ellos...- dijo refiriendose al comentario que le hizo de Die y Kirito y suspiro, bebió otro sorbo de vino y vio que Jui lo miraba- Pues... trabajo...mucho trabajo puedo contarte... estoy haciendo un nuevo álbum con mi banda y le estoy dando muchas vueltas al asunto porque quiero que quede bien...- dejó la copa para comenzar a comer- ¿A Die?...No... no le he visto desde aquel día que estuvimos aquí... sé que tendría que haberle llamado como a tí, supuse que estaría muy ocupado con su trabajo también, pero si ahora me dices que está mal...-miró preocupado el plato de comida y volvio a mirarlo a los ojos- No sé si llamarle... no quiero molestarle...- probó la lasagna - ¡Que rica está! Jui-chan... ¡Vaya trabajo has hecho! Me gusta mucho... - le dijo sonriendo mientras comía.

- Bueno, seguro que le hace mucha ilusión si le llamas -le dijo, antes de empezar a comer- Y ahora está bastante decaido, así que supongo que le hará falta el apoyo de sus amigos- Recordó la cara que traia Die aquel día en la clínica. Tenía unas ojeras espantosas y se comportaba de manera realmente extraña. ¿Qué le pasaría en realidad? Tenía que llamarle un día y enterarse bien. Ojalá estuviera más tranquilo y relajado.
- O sea que, trabajando mucho, no? -prosiguió, cambiando de tema - Yo estoy en plan vago ahora mismo, tengo que terminar ya mis vacaciones o mi líder me va a asesinar - rió- Eso sí, aunque termine mis vacaciones, no pienso mudarme de este sitio. Prefiero ir a Tokyo todos los días, aunque me pase el día en el coche...

Había probado el primer trozo de lasagna con un poco de miedo, pero éste se disipó en cuestión de milésimas. Milagrosamente le había salido muy bien! - Vaya... es verdad, está buena y todo - le contestó a Hide, con cara de sorpresa.

- Si... aqui en esta ciudad se está muy bien... yo también me siento a gusto y estoy yendo cada día a Tokyo a trabajar, no deseo mudarme por ahora de aqui. Igualmente no es tan lejos, voy en mi coche, me gusta conducir... no me molesta conducir, al contrario, me gusta mucho, si tuviera más tiempo iría a conocer más lugares con mi coche...
Continuó comiendo su lasagna mientras escuchaba a Jui.
-Realmente cocinas muy bien, Jui-chan...yo por más que intento hacerlo soy un desastre y termino comprandolo todo...
Continuó comiendo y recordó lo que le había comentado sobre Die, se sirvio más vino y bebió un sorbo de la copa, le miro a los ojos un instante.
- Creo que no podré llamar a Die...lo siento...-dijo suspirando mientras miraba hacia otro lado - me preocupa saber como está...pero...

- Me alegra que te guste cómo cocino - le agradeció su anterior comentario acompañado de una sonrisa. - Si te digo la verdad, no me gusta cocinar. Pero todo cambia si tengo invitados, en ese caso me gusta que estén felices y prepararles algo por mí mismo. Antes me salía como el culo, pero reconozco que he mejorado bastante -rió. Como siempre, su vocabulario era un poco soez...
Repentinamente Hide había vuelto a sacar el tema de Die.
- ¿No lo puedes llamar? - le había extrañado mucho esa salida. Debía haber alguna razón determinada para que no pudiera llamarle, pero no la entendía, así que lo mejor era preguntarlo directamente. -¿ Y eso a qué se debe, si puedo preguntar?

Terminó de comer la lasagna y bebió otro sorbo de vino. Miró a Jui de nuevo y comenzo a jugar con su dedo por el borde de la copa, pasándolo una y otra vez.
- No puedo llamarle...no quiero molestarle si está mal... yo...no soy buen psicólogo... yo... estoy entre la espada y la pared ahora...soy un caos emocional... - dijo sin levantar la vista de la copa - no sirvo de ayuda en éste momento...
Tomó la copa y siguio bebiendo un sorbo más, comenzaba a sentirse mas flojo con el vino, y sabia que si continuaba asi, contaria todo lo que le pasaba y no quería hacerlo. Queria guardarlo dentro suyo todo. Se estaba esforzando al máximo para controlar su mente y que ésta no lo traicionara.

- Bueno, eh... ¿por qué estás entre la espada y la pared? - le preguntó, mirándolo fijamente. En realidad no entendía muy bien lo que estaba tratando de explicar Hide. Por alguna razón pensaba que había algo más escondido en sus palabras, que el motivo de no llamarle no tenía que ver con ser un buen o mal psicólogo.
- Pues Hide-chan, si eres un caos emocional, lo mejor es que dejes escapar lo caótico y te desahogues, ¿no crees? - le estaba invitando a que le contara todo lo que él quisiera contar e incluso lo que no. - Es lo mejor; puedes contarme todo lo que quieras, que no va a salir de aquí, ne? - le sonrió para hacerle sentir más cómodo - si quieres, claro...- rió.

Se cruzó de brazos y le miró a los ojos.
-Gracias por el ofrecimiento, Jui-chan... reconozco que tienes buen corazón y aprecio que desees ayudarme pero no quiero molestarte con mis cosas... ya lo solucionaré en algún momento... ahora no deseo hablar de ello...solo quiero disfrutar de esta deliciosa comida contigo...
Bebió otro sorbo de vino mirando la botella casi vacía. No quería dejarse llevar por el momento. No queria pensar en lo que le angustiaba. Tenia que intentar por todos los medios ser fuerte a toda costa.
- Jui-chan... se termina...- le dijo señalando la botella.

- Sí es por molestarme, creeme que no me vas a molestar, ne? - le respondió, con una cálida sonrisa - Y si es que no quieres hablar de ello, entonces no puedo obligarte -volvió a sonreir - pero que sepas que hablar es el mejor antídoto contra el sufrimiento. Guardándotelo todo no consigues nada!

Miró la botella vacía, tal como Hide le indicaba. Efectivamente, estaba vacía. - Eso se arregla rápido - dijo, tras lo cual se levantó con diligencia y se dirigió a su frigorífico donde tenía dos o tres botellas más reservadas, por si el líquido desaparecía con demasiada rapidez. La llevó a la mesa y se la ofreció a su invitado- Te toca abrirla, que ya sabes que a mí me da yuyu! - no quería cargarse ninguna de sus lámparas, simplemente.

-No sé si es el mejor antídoto o no...no me gusta hablar mucho de mis problemas...sí, hubo momentos cruciales que tuve que pedir consejo y para ello estuvo alli siempre mi mejor amigo...-suspiro- pero la gente que me rodea y me conoce sabe que soy asi...prefiero solucionarlo yo a mi forma...no sé...
Se encogió de hombros y le miró irse a la cocina y regresar con otra botella.
- ¿Tienes más vino de éste? - le dijo sorprendido- Que genial... pero... ¿No te hará daño si tomas más de la cuenta? Recuerda que es un vino muy bueno y aunque lo tomes y creas que no pasa nada...- sonrió sin terminar la frase.
Tomó la botella y volvió a destaparla con cuidado, ésta vez hizo menos escándalo ya que la abrió con mucho cuidado para no asustarle a Jui.
-Ya esta... - Sirvió de nuevo en las copas - Espero no quedarme dormido antes del postre...- dijo mirando el vino en su copa, agitandolo suavemente.

- Entonces no te voy a sonsacar información - bromeó. Le entendía perfectamente, y es que él tenía esa forma de ver las cosas, prefería guardarse sus problemas a contárselos a alguien.- Pero también te diré que, cuando me necesites, ya sabes donde encontrarme, ¿de acuerdo? Da igual la hora que sea - continuó, con una sonrisa.

Hide había abierto la siguiente botella de lambrusco, esta vez de forma menos escandalosa. Realmente ese vino subía mucho a la cabeza, pero sucedía con todos los alcoholes con burbujas, como el champagne o ese propio vino. Pero por el momento se sentía bien, podía aguantar más.

- No puedes quedarte dormido antes del postre, Hide-chan, que el postre es lo más bueno! He hecho tiramisú! Y he tratado de ser lo más fiel posible a la receta italiana - le explicó.