Muerto de hambre (Miku-lemon)

Los nervios le carcomían el estomago, llegó a sentir nauseas que le subían y bajaban por la garganta cuando Kanon comenzó a esparcirse el lubricante por todo su miembro. Realmente iba a pasar... esto no era un sueño, ni una alucinación, ni una de sus tantas fantasías. Su amigo realmente estaba ahí, frente a él, desnudo y a punto de tomarlo. A punto de convertir al vocalista en algo de su propiedad.

'Como ya has hecho esto antes...' las palabras del bajista hicieron eco dentro de su cabeza. ¿Debería decirle que era virgen? ¿Debería confesarle que no estaba listo? No, si lo hacía sabía que su mejor amigo entraría en razón y se detendría, que no querría tener esa clase de responsabilidad sobre sus hombros.

Un grito de dolor escapo de sus dulces labios cuando Kanon comenzó a empujar dentro de él, el dolor... era demasiado. Era como si lo estuvieran partiendo en dos, rompiendo por dentro, destruyendo sus piernas, y se extendía por todo su cuerpo. No pudo evitar que lágrimas cayeran por su rostro en el momento en que Kanon atrapó su boca en un beso para silenciarlo.
Sentía humedad alrededor de aquella zona, y Miku estaba casi seguro que el lubricante que había usado Kanon no había sido suficiente, y aquel líquido que bajaba era sangre.

Fue un momento en que el bajista se quedo quieto y lo miró fijamente, el pequeño solo atinó a asentir. Prefería que Kanon comenzará a moverse que sentir aquel fuego quemándole entremedio de las piernas, tal ves si su amigo se movía, el dolor cesaría. Definitivamente esto no era lo que esperaba de su primera vez.

Besó las lágrimas de Miku cuando este asintió como señal para que se siguiera moviendo; no había querido hacerle daño pero se dio cuenta de que el vocalista sangraba un poco, no entendía...¿qué no había tenido ya experiencias antes?, es decir...lo había hecho con una persona pero, ¿cuántas veces se había acostado con esa persona? y además...no creía que Miku no se hubiera masturbado nunca.

-Tranquilo...-le dijo suavemente y le dio un suave beso mientras empezaba a mover y una de sus manos comenzaba a acariciar el miembro del rubio, tratando que olvidara un poco el dolor, quería preguntarle...de verdad tenía curiosidad por saber la razón por la que era tan estrecho, pero pensó que tal vez el otro no querría responderle, o tal vez él mismo no quería saber la respuesta.

Se movía lentamente al principio y pudo apreciar cómo un par de gotas de sangre caían sobre las sábanas y las manchaban, no había querido lastimar así a su amigo...ahora pensaba que debía de haberlo preparado más y que debía e haber sido más cuidadoso.

-Ya va a pasar.- le dijo suavemente mientras juntaba su frente con la del otro y después le daba un beso, aunque Miku seguro ya sabía esas cosas, sabía que con palabras dulces lo haría sentir mejor; por otro lado, su mano seguía dándole placer a la entrepierna del más bajo.

La mano del bajista bajo para acariciar su miembro, tratando de apaciguar el dolor intenso que aún sentía. Las pocas lágrimas que aún caían por su rostro eran secadas por los labios de su amigo.

Kanon comenzó a ondular su cuerpo, penetrando una y otra vez al delgado vocalista. Miku soltó una par de gemidos silenciosos, de repente aquel ardor que sentía debajo se había comenzado a transformar en algo distinto. Algo que no se sentía mal, como una pequeña corriente eléctrica que comenzaba ahí abajo y subía por todo su cuerpo, su amigo había tocado un punto que Miku jamás se hubiera imaginado que tenía dentro, y que le causaría tanto placer.

-Ahí! Hazlo de nuevo, sea lo que sea que hiciste, hazlo de nuevo!- gimió desesperado al sentirse por primera vez bien, al sentir placer con los movimientos que el bajista aún hacía. -Ahhh!-

Miku empezó a gritar de placer pidiéndole que siguiera haciendo lo que sea que hacía, lo cual hizo sonreír al bajista, porque ya no estaba lastimando a su querido amigo; aunque los gemidos del rubio seguro se escuchaban ya en las otras habitaciones, no le importó y no dijo nada, sólo siguió moviéndose y aumentando el ritmo de a pocos.

Él también gemía ya, aunque no tan alto como su amigo, jamás pensó que el pequeño cuerpo del vocalista le causaría ese placer algún día; tal vez se lo había imaginado desnudo o había notado el buen cuerpo que tenía un par de veces, pero de eso jamás había pasado, Kanon respetaba mucho al rubio.

La sangre de Miku había ayudado a que la penetración se facilitara y Kanon ya entraba y salía del más bajo con bastante facilidad, por lo cual aumentar el ritmo no era ningún problema, a cada embestida trataba de entrar más en el rubio.

-Miku...- le dijo al oído.- ¿puedo terminar dentro?- preguntó primero, porque había estado con algunos a los que no les gustaba eso, pero a él realmente le gustaba llenar por completo a su amante.

Los gemidos de el bajista cerca de su oído lo llevaban al extásis cada vez, por segunda vez en esa noche estaba cerca del orgasmo y ahora no tenía razón para detener la llegada del máximo placer en su cuerpo.
Una y otra vez el miembro duro de Kanon lo penetraba, con mayor facilidad que antes, era como si su cuerpo se hubiera acostumbrado ya a aquel intruso, que con cada embestida lo dejaba sin aire.

-Sí... Kanon... Sí- susurró como respuesta, algo avergonzado ante la pregunta de su amigo. -Haz lo que quieras conmigo...- rodeó el cuello de su acompañante en un abrazo, juntando nuevamente sus labios en un beso. Se sentía al borde del orgasmo y sabía que en cualquier momento lo alcanzaría.

Las palabras del rubio sólo lo excitaban más, aunque no lo demostrara ni lo dijera, aquella actitud tan sumisa de Miku lo volvía loco, pensaba en hacerle muchas cosas toda la noche, pero sabía que el otro tenía que descansar también. Finalmente sólo atinó a asentir por lo que había dicho el vocalista y continuó moviéndose; por fin sus embestidas eran lo suficientemente rápidas y fuertes como para pronosticar que el de cabello negro terminaría pronto, y así fue. Con un gemido que trató de ahogar para que no se escuchara demasiado, Kanon terminó dentro de Miku.

Su mano había seguido el mismo ritmo de las penetraciones y cuando se dio cuenta, tenía semen del más pequeño en toda la mano, así que se la llevó a la boca para probar la esencia del rubio.

-Sabes bien...¿quieres probar?- se echó a su lado.

Los movimientos del bajista aumentaron su velocidad y su fuerza, Miku sentía como si su cuerpo fuera a explotar en cualquier momento. Cada toque, cada vez que sus pieles rozaban, los labios de Kanon sobre su piel, sobre su rostro, su boca... estaba tan cerca.

El menor sintió los dientes de su amigo mordiendo la curva de su cuello, ahogando un grito, y un segundo después sintió el semen de su amigo entrando en su cuerpo, llenándolo por completo.
No aguantó más, Kanon aún mordía su cuello y lo masturbaba, ondulando su cuerpo lentamente aún en el éxtasis del orgasmo.
Un golpe eléctrico le recorrió la espina dorsal y cerró los ojos con fuerza al sentir que finalmente alcanzaba el clímax. Disparó el espeso líquido sobre la mano de Kanon y un poco sobre su vientre.

Con la respiración entre cortada y el cuerpo de su amigo aún sobre el suyo, abrió los ojos lentamente. El corazón se le detuvo al ver que el bajista se llevaba la mano llena de su semen a la boca y la lamía con gusto.
Miku sintió que la cara le ardía de vergüenza, ya lejos del orgasmo, la realidad caía de golpe sobre su rostro y le hacía recordar que todo lo que había pasado estaba mal.

No respondió la pregunta de su amigo, tratando de disfrutar los últimos momentos que le quedaban junto a él, tomó su mano y la dirigió a su boca. Lamiendo con delicadeza, se llevo tres dedos dentro, bebiendo el poco líquido que en ellos quedaba, disfrutando de su sabor.
Dejo los dedos de lado y moviéndose cerca del bajista, lo besó nuevamente. 'Nuestro último beso...' pensó con tristeza, sintiendo un dolor en el corazón que no había experimentado antes.

Entre los dos terminaron de limpia la mano del bajista y luego se dieron un suave pero cariñoso beso, que Kanon lo sintió con más sentimiento que los demás, parecía casi un beso de despedida, miró un rato confundido a su amigo pero después lo abrazó y tomó las sábanas para cubrir el cuerpo del más pequeño y que no tuviera frío.

-Perdóname por lastimarte...- había vuelto a ver la sangre cuando se había estirado para coger las sábanas.- ¿te duele mucho? Te puedo echar una pomada para que mañana te sientas mucho mejor.- le besó el cuello con todo el amor que podía, de verdad Miku se había ganado un lugar en su corazón y eso no era algo fácil de lograr, porque Kanon era de cerrarse a esas cosas usualmente. Esperó la respuesta del rubio mientras le acaricia el cabello y pensaba en lo que había hecho, ¿qué importaba ya si estaba mal?, no podían retroceder el tiempo y tampoco podían hacer como si no pasara nada. ¿Sería bueno irse a su habitación?, pero no...no podría dejar dormir sólo al vocalista después de algo así, además...aún tenía que hacer la pregunta que estaba rondando en su cabeza después de haber visto la sangre.

-La pomada está en mi habitación así que no tardo nada...- le dijo para tratar de convencerlo.

La sábana de su cama cubrió sus cuerpos desnudos apaciguando el frío que Miku comenzaba a sentir. Kanon lo abrazó con fuerza y el vocalista no pudo evitar suspirar. Como desearía que lo que acaba de pasar no fuera otro encuentro casual del bajista, dentro de su desgastado corazón, deseaba con todas las fuerza que su mejor amigo comenzará a verlo con otros ojos.

Escondiendo su rostro en la curva del cuello del mayor, escucho las suaves palabras que éste le daba. -No fue tu culpa- susurró. -Ya no me duele tanto, solo me...- dudó de sus palabras, si le dolía y mucho, pero no quería preocupar a su amigo. -solo me arde un poco.-
Kanon le beso el cuello y acariciando su cabello volvió a insistir en ayudar al pequeño. 'Esta realmente preocupado por mi...' pensó sonriendo un poco. -Bueno,- aceptó finalmente. -ve por la pomada.- sonrojado se tapo aún más con la sábana.

Sí era su culpa, porque debió de haber sido más cuidadoso, maldito alcohol que lo tenía algo torpe; aún así el vocalista le dijo que no le dolía tanto y que sólo le ardía un poco, pero a Kanon le costaba creer algo así, porque lo había sentido bastante estrecho, además...cada vez que sangraban por algo era. Sonrió cuando Miku aceptó que fuera por la pomada, y después de darle un suave beso en el cabello, lo soltó y se puso su ropa interior y pantalón para salir de la habitación.

Ya en su cuarto, entró rápidamente al baño para asearse sólo un poco y después cogió la pomada y regresó, pudo notar que todos tenían las puertas cerradas, seguro no querían encontrarse con una imagen perturbadora. Entró a la habitación del rubio y cerró la puerta tras de si.

Se acercó a la cama y le pidió a Miku que se echara boca abajo, después lo destapó un poco y empezó a echarle la pomada y a limpiar la sangre que se estaba secando en sus muslos también. Con eso ya no le iba a doler tanto y podría dormir tranquilo.

Ahora que estaban así...y que el otro no podría huir de la pregunta, Kanon decidió hacerla.

-Miku...sé sincero conmigo...¿eras virgen?

Dándole un suave en el cabello, su amigo se levanto a buscar la pomada a su habitación. En los minutos en que Miku se quedo sólo sintió su cara de nuevo arderle de vergüenza, rodó en la cama, tapándose el rostro con la almohada.

'Dios... ¿que hicimos?' pensó aún angustiado. 'De seguro que ahora las cosas cambiaran por completo para nosotros,' rodó de nuevo, y se quedo mirando el techo, aún sintiendo dolor entre sus piernas. 'Kanon no volverá a ser el mismo conmigo' sintió algo de pena, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada del bajista a la habitación, con la pomada en sus manos.

Cerrando la puerta tras de sí y acercándose a la cama, Kanon comenzó a limpiarlo. Con sumo cuidado limpió la sangre, y Miku gimió en silencio de dolor al sentir los dedos de su mejor amigo, echando algo de la pomada cerca de su desgarrada entrada. No pensó que quedaría tan adolorido, había sido tan maravilloso luego de que el dolor cesara.

-¿Qué?- respondió nervioso y algo asustado ante la evidente pregunta que Kanon le hacía. Obviamente su amigo se había dado cuenta, pero Miku aún dudaba si debía o no decirle la verdad. -¿De qué hablas?-

Escuchó los suaves gemidos de dolor del otro, de verdad le apenaba y le dolía haberle causado ese daño a una persona tan querida para él, especialmente porque no lo buscaba; a veces a Kanon le gustaba “jugar” en la cama, pero eso sólo si el otro estaba de acuerdo, y como Miku parecía no tener demasiada experiencia, se sentía mal por lo que le había hecho.

Trataba de ser lo más cuidadoso posible, pero era inevitable que el vocalista sintiera un poco de dolor, al menos trataba de que no fuera demasiado. Negó con la cabeza mientras seguía echando la pomada cuando Miku trató de llevar por otro lado su pregunta.

-Sabes bien de lo que hablo Miku...- ahora que ya había pasado la excitación, estaba pensando con mucha más claridad.- no soy ningún idiota...- se había acostada con muchas personas, y tenía la suficiente experiencia como para saber que su amigo tenía muy poca o ninguna, le preocupaba el saber que le había quitado la virginidad al rubio, porque creía que eso debía de ser un momento mucho más especial.

-Dime la verdad, por favor.

Hundió su rostro en la almohada nuevamente, ¿porqué Kanon tenía que interrogarlo justo ahora? ¿Porque no podía preguntarle sobre esto al día siguiente? Suspiró y sintió nuevamente la angustia atrapada en su garganta.

-Yo...- se ocultó por completo con la almohada, le era mucho más fácil hablar si no miraba a su mejor amigo a los ojos, tenía tanto miedo. -Yo no te mentí cuando te dije que no era virgen, yo sí perdí mi virginidad hace años...- susurró avergonzado. -Pero la perdí con una mujer cuando tenia 16 años, yo nunca...- dudó de sus palabras, finalmente levantando el rostro enfrentando la dura y preocupada mirada del bajista. -Yo nunca me había acostado con un hombre antes- confesó.

Se sentía al borde de las lágrimas, estaba casi seguro de lo que su mejor amigo le diría y tenía un temor horrible de que su amistad y quizás lo que Miku deseaba que llegaran a ser algún día, jamás pasaría.

Se sintió engañado por unos momentos, ¿cómo podía haberle hecho algo así su amigo?, ¿cómo había podido darle semejante responsabilidad sin haberle preguntado si quiera?, miró a un lado algo molesto y suspiró, después siguió curando al más bajo mientras pensaba en lo que el rubio había dicho. Había perdido la virginidad con una mujer...¡por dios! ¿pero en qué estaba pensando ese niño?, porque para Kanon, Miku era un niño al que tenía que cuidar mucho.

No sabía qué decir, si habría la boca sólo palabras fuertes y tal vez hirientes saldrían, y no quería eso...¿qué haría ahora?, ¿por qué Miku le había entregado su virginidad?, ¿por qué no se la entregaba a alguien a quien de verdad amara y que lo amara a él por igual?, definitivamente el bajista no tenía idea de los sentimientos del otro.

Por fin terminó de aplicar la pomada y cerró el frasquito para dejarlo a un lado en la mesa de dormir, después volvió a tapar bien a Miku con las sábanas y se paró para verlo bien.

-Buenas noches...vendré a verte mañana.- se dio media vuelta después a salir de ahí, necesitaba meditar demasiado.

Escuchó a su amigo cerrar el frasco, y levantarse de la cama, la fría sábana cubrió su cuerpo desnudo, tapándolo por completo. El bajista se paró a su lado y Miku podía sentía la mirada penetrante fija en él. Conocía demasiado bien a su amigo y podía imaginarse todas las cosas que pasaban por su cabeza en ese momento.

No sabía que decir, tenía miedo. Temores le carcomían el corazón en ese momento, pensó que tal vez su amigo pasaría la noche junto a él, pero luego de aquella confesión semi forzada, porque así había sido, Miku no había querido contarle nada. Si hubiera sido por él, el hecho de haberle entregado su virginidad a su mejor amigo hubiera sido un secreto guardado hasta la muerte, pero escuchar la voz de Kanon cuestionándolo al respecto... se sintió culpable, sintió que debía contarle independiente de como reaccionara su mejor amigo.

-¡No, espera!- giró en la cama finalmente enfrentado la dura mirada de su amigo. -No te vayas por favor...- suplicó mirando desesperado como su amigo abría la puerta de su habitación para irse.

Estaba a punto de salir cuando el rubio le suplicó que no se fuera, y Kanon se sintió tan mal con eso, ¿por qué quería irse si lo que necesitaba el más pequeño era sólo un poco de cariño?, especialmente en una noche así, después de todo lo que había pasado, era un idiota por querer irse; pero por otro lado...el vocalista le había mentido y eso estaba mal, no importa cómo lo viera.

Suspiró, no...no podía hacerle algo así a una de las personas que más quería, se dio media vuelta y trató de sonreírle suavemente al vocalista para que no se sintiera mal.

-Perdón...me quedaré contigo.- dijo suavemente y después regresó a la cama y se echó al lado de Miku, lo abrazó y le empezó a acariciar el cabello.- duérmete ya...debes estar muy cansado.- él no podía dormir, tenía que pensar en demasiadas cosas.

Ante su sorpresa el bajista se dio media vuelta y volvió a su lado, tratando de sonreír. Tratando, porque Miku sabía que en el fondo lo que menos quería su amigo era eso, dudaba que estuviera feliz, y sabía que él era el culpable.

Recostándose a su lado, acarició su cabello. -Lo siento,- fue lo único que atinó a decir mientras se sentía al borde de las lágrimas. No había querido que las cosas pasaran así. -De verdad lo siento Kanon-chan, yo no quería mentirte... es solo, perdóname- dijo en un susurro ocultando su rostro en la curva del cuello de su mejor amigo. Aún sentía las manos del bajista acariciando su cabello y su respiración tibia golpeando su mejilla.

Sentía ya la voz quebrada del rubio, que le pedía que lo perdonara, y Kanon por un lado quería estar molesto, pero por otro lado sólo quería besar y confortar a su amigo todo lo que pudiera, él no quería hacerle daño.

-Ssshhh...- le dijo suavemente al oído mientras no paraba de acariciarle el cabello.- tranquilo Miku...todo va a estar bien.- continuaba hablando suave y dulcemente, tratando de adormecer al vocalista con sus palabras, tratando de ser su amigo en ese momento.- no tienes que disculparte, yo debí preguntar mejor.- ya no era momento de echarle la culpa a nadie, eso no haría que las cosas fueran de otro modo.

-Duerme por favor Miku-chan...¿sí?- le besó la mejilla y secó un par de lagrimas que había logrado escapar de los hermosos ojos del más pequeño.- no llores...- no soportaba ver llorar a sus seres queridos.

Las dulces palabras que Kanon le daba junto con sus caricias lo fueron llevando lentamente al sueño. El cansancio del día, más el cansancio que se había ganado en la noche le comenzaban a pesar en el cuerpo y los ojos que aún tenían unas cuantas lágrimas saliendo de ellos, comenzaron a cerrarse lentamente.

Sintió los labios de su amigo dejar un suave beso en su mejilla. -Kanon-chan, te quiero...- susurró antes de cerrar los ojos por completo sintiendo que el sueño lo vencía finalmente. Antes de que se diera cuenta, el pequeño vocalista estaba durmiendo profundamente, su rostro aún cerca del cuello del bajista, y su brazo rodeando la cintura de éste.

Miró a su pequeño a migo y se le hizo un nudo en la garganta cuando éste le dijo que le quería, ¿cómo podía haber dañado a una persona que lo quería tanto y a quien él mismo quería tanto?, era un monstruo...siempre terminaba dañando a las personas, tal vez debería de vivir solo para no lastimar a nadie.

-Yo también te quiero peque...como no tienes idea...- le dijo suavemente al oído para ver cómo el otro se iba quedando dormido, y cuando el vocalista ya estuvo en los brazos de Morfeo, el bajista lo miró con mucha ternura.- jamás me imaginé que llegaría a quererte así Miku...- no le importaba que el otro estuviera dormido, así era más fácil hablarle.- y no me merezco que me quieras tú a mí.- le besó la mejilla y abrazó un poco más al rubio, para asegurarse de que no tuviera frío. Y así se quedó toda la noche, cuidando del más pequeño, hasta que casi al amanecer, por fin el sueño ganó la batalla.

CERRADO