Arcoíris (privado)

Teruki abrió la puerta de su casa para que ambos pudieran entrar, como era la costumbre en él, con una señal le hizo pasar al otro primero.

-Después de ti.- le dijo con una sonrisa. Ya dentro de la casa, caminaron hacia el patio trasero, que era puro jardín y alguno que otro juego, ahí estaban planeando poner una piscina, a petición del querido bajista.

-Puedes sentarte ahí.- le señaló una banca.- iré por la manguera.- se fue para busarla.

Sonrió cuando Teruki lo dejó pasar primero, y observó el interior con cuidado, temiendo molestar si es que hubiese alguien allí.
Caminaron hacía el patio, y al ver todo ese verde se quedó pasmado, era como un pequeño oasis dentro de la casa. Caminó hacia la banca.

-Gracias.-sonrió sentándose.- Te espero aquí, prometo no moverme y no romper nada.-bromeó como si de un ñiño se tratase.

Al poco rato regresó con la manguera y miró hacia el sol, aún se podría hacer y eso era bueno porque no siempre el clima era el adecuado.

-Déjame mover esa banca para que lo puedas apreciar mejor, hay que estar de espaldas al sol.- después de que el más bajo se paró, el baterista tomó la banca y la movió en una buena posición, después él se paró en un lugar adecuado.- aquí...creo que es perfecto.

Una vez que Miura estuvo sentado en la banca de nuevo, el mayor abrió el agua y con la manguera apunto hacia arriba, después de cerrar el agua pudieron ver que apareció un pequeño y suave arcoíris en el cielo.

Al regresar Teruki observó el sol y él sonrió.

- Claro.-se lavantó y se apartó y luego de que el mayor cambiara de posisión la banca, Miura se sentó observando los movimientos de Teruki.

Al ver el arcoiris sonrió feliz y sus ojos brillaron complacidos, una lágrima calló de sus ojos y la secó riendo suavemente para luego levantarse y correr hacia él para abrazarlo efusivamente haciendo que la manguera los mojase a ambos.- Gracias.-sonrió separándose.- Lo siento.-observó las ropas mojadas de ambos.

Miraba casi orgulloso el arcoíris que habían logrado reproducir, pero no había cerrado la manguera, la había dejado abierta por si necesitaban más agua, y como estaba ocupado mirando hacia el cielo, no notó cuando Miura se le lanzó encima.

-¡Aaaah...!- rió y el agua los mojó a ambos.- no es nada y no te preocupes. Vamos adentro.- dijo mientras cerraba el agua por fin.- voy a buscarte algo de ropa.- tomó la mano del menor y lo llevó dentro de la casa nuevamente. Subieron inmediatamente al cuarto del baterista y éste se puso a buscar entre sus prendas.

Asintió al escuchar "Vamos adentro" y observó como Teruki cerraba la manguera para luego tomar su mano e ingresar a la casa. Volvió a observar todo lo que sus ojos podían ver, le daban curiosidad las casas ajenas.

- De acuerdo.-sonrió.

Subieron las escaleras y entraron a la habitación del mayor que estaba muy bien decorada. Teruki comenzó a revolver sus prendas y Miura con cuidado se sentó en la cama para esperar.

- Dame una camiseta de manga corta, estará bien con eso nada más, los pantalones no se me han mojado demasiado.-comentó.

No sabía qué darle a Miura, y andaba buscando un pantalón para éste, pero entonces el menor le dijo que sólo una camiseta estaría bien.

-¿Seguro?- sacó una camiseta de manga corta negra y después sacó algo para él.- puedes cambiarte en el baño si lo deseas.- le sonrió y se quedó esperando a ver qué hacía el otro. La casa estaba muy tranquila, parecía que todos los demás habían salido.

Sonrió mirándolo.

- Seguro, de verdad. Gracias, no hace falta el baño.-rió y tomó la camiseta para quitarse su camisa, desabrochando los botones con cuidado, dejando ver su cuerpo bien formado, para luego colocarse la camiseta.
-Gracias por todo, me has hecho muy feliz.-sonrió suavemente.- Agradezco tu esfuerzo, de verdad.-lo miró feliz.

Tomó su mano en un gesto de agradecimiento.

Como Miura decidió cambiarse ahí mismo, el baterista hizo lo mismo, se retiró la camisa mojada y se puso una nueva y seca, después escuchó lo que el actor le decía y le sonrió también.

-No ha sido nada...de verdad, ha sido un placer verte sonreír, ya te lo dije, no es bueno que la gente linda esté triste.- dejó que tomara su mano y ambos salieron de la habitación.

-Creo que no hay nadie en casa...- lo cual era normal después de todo, porque ahí nadie se quería ver, tenía que arreglar eso.- ¿salimos?

Observó a Teruki cambiarse y luego lo escuchó hablar con atención.
Sonrió suavemente y salieron de la habitación. La casa se encontraba solitaria. Eso le pareció extraño ya que él creía que la casa iba a estar llena de gente, y habría millones de instrumentos en cada rincón.

- Eso parece.-contestó.- Si tu quieres por mi está bien, no quiero volver a casa para estar solo.-hizo una mueca.
- ¿Qué quieres hacer?

A él tampoco le apetecía estar solo en ese momento en realidad, así que bajaron las escaleras juntos y en la puerta de la casa se volteó a ver al menor.

-Iba a preguntarte lo mismo.- rió suavemente y abrió la puerta para que el más bajo saliera, después le abrió la puerta de su auto para que subiera, eran gestos que no podía evitar hacer, tenía mucha costumbre de ser tan educado y caballeroso. Esperó a que Miura subiera al auto.

-Tal vez al parque...

Fueron hasta la puerta.

- No lo sé.-lo miró pensativo.- ¿Quieres relajarte? Yo lo necesito.-suspiró.

Pensó unos segundos jugando con la mano del mayor. Le entretenía, y se sentía protegido de alguna forma al estar de su mano.

- Quizá podríamos ir al spa.-planteó.- Si quieres.

Lo pensó un rato y rió suavemente, ¿al spa?, en realidad no era mucho de ir a esos lugares porque cuando tenía alguna presentación ahí siempre se encargaban de ellos, pero no parecía una mala idea, después de todo, siempre decían que esos lugares eran muy relajantes.

-No veo por qué no.- ambos subieron al auto y Teruki comenzó a manejar hacia el spa de JRock Av.- la verdad nunca he venido al spa de aquí...supongo que hay una primera vez para todo.- y como el lugar era tan chico, en menos de dos minutos ya estaban en el lugar querido.

Lo miró esperando la respuesta. Ama esos lugares ya que generalmente al terminar la semana, luego de las largas horas de rodaje, se relajaba en algún spa, para poder sentirse mejor y liberar la presión corporal que su trabajo dejaba sobre él.

- Siempre hay tiempo para probar cosas nuevas, me gusta experimentar todo el tiempo.-sonrió.- Siempre quize robar un banco.-rió.- Es algo demasiado bizarro pero es así.-volvió a reir.- Soy extraño lo sé.-subió al auto con una sonrisa y en apenas unos miunutos entraron a aquel lugar.
- ¿Masajes? Los necesito, creo habertelo dicho.-rió suavemente.

Escuchaba lo que le decía el menor, le causó risa que quisiera robar un banco, aunque suponía que mucha gente fantaseaba con eso, en especial gracias a tantas películas.

-Sí, me lo dijiste.- entraron al lugar y Teruki buscó dónde pagar para que les pudieran atender, tenía que admitir que el lugar era muy lindo, aunque de todas maneras él jamás iría solo, no le gustaba ir a lugares desconocidos él solo, seguramente si volvía a ir, le pediría compañía a algún amigo.

-Bueno...¿quieres el masaje primero?