Un caffeco más (privado)

Los tragos estaban listos, la música, la comida, todo estaba listo para cuando llegara Takuya, Kanon de verdad no podía estar más feliz, había extrañado en demasía a su amigo mientras había estado separado de ellos y por fin podría estar junto a uno de sus compañeros de juerga y de bromas de nuevo.

Era una reunión privada solamente entre ellos, ya otro día saldrían a hacer locuras, pero esa noche querían pasarla sólo con el guitarrista de su banda, se preguntaba cómo estaría, ¿se habría cambiado el look?, no podía esperar para verlo. Se acercó a Miku.

-¿A qué hora te dijo que llegaba?

Se sentía algo nervioso, pero en el buen sentido, se miro al espejo una vez más, su look estaba genial y listo para la llegada de uno más de su familia, uno de sus grandes amigos, Takuya.
Miku lo había extrañado y mucho, siempre había podido conversar de cualquier tema con él, y el hecho de que no se mudara de inmediato con ellos a Jrock Av. lo había deprimido bastante.
Pero al fin, al fin su amigo llegaría a mudarse con ellos y que mejor forma de recibirlo que con una fiesta sorpresa de bienvenida.

-Le va a encantar- dijo bajando las escaleras y observando como Kanon había arreglado el living de la casa.

Miró el reloj ante la pregunta ansiosa del bajista. -Cuando me llamo hace una hora me dijo que estaría acá a las nueve en punto- faltaban cinco minutos para las nueve.

Daba vueltas por la calle sin querer llamar a su amigos, él no era de los que se pierden, pero ese barrio era gigante. No lo creyó tan inmenso como para no encontrar la casa donde ahora sería feliz y libre, pero sí, se había perdido.

Además la pinta que llevaba no era muy linda, siguió tirando su maleta con ruedas, mientras en su mano derecha leía la dirección y el pequeño mapa dibujado por Miku, que no servía mucho. Ya eran las nueve, había dicho que llegaría a esa hora, suspiró y dio la vuelta en una esquina, viendo como por arte de magia aparecía la casa, su casa. Que lindo sonaba eso, agarró con fuerza el mango de la maleta y cruzó corriendo, abrió la reja y estiró la mano con la hoja hacia el timbre ¿o mejor sacaba su llave? no, mejor que le abrieran ellos, quería ver sus caras ¡mi cara! buscó en su bolsillo un pequeño espejo y se miró la mejilla, el maquillaje seguía ahí, el pequeño rasguño no se veía o por lo menos eso esperaba.

-Padree...-suspiró guardando el espejo y tocando finalmente el timbre.

Eran un poco más de las nueve y al bajista le parecía extraño que el guitarrista no llegara, y no conocía el lugar...¿había sido buena idea no irle a buscar?, ahora se arrepentía un poco, si Takuya se perdía, Kanon saldría a buscarlo toda la noche si era necesario hasta dar con él.

Miraba al vocalista preocupado, como preguntándole con la mirada por qué el otro no llegaba, hasta que el timbre lo sacó de ese trance y corrió a la puerta junto con Miku mientras rogaba que fuera su tan preciado guitarrista.

Abrió la puerta y sintió que su corazón quería salirse del pecho, de pura felicidad, no pudo evitarlo y abrazó a su amigo.

-¡Takuya!...¡te hemos extrañado...! Miku se la agarra conmigo ya que no estabas.- hizo un puchero bastante gracioso y después comenzó a reír.- dame, te ayudo.- tomó la maleta del otro.

Las miradas preocupadas de Kanon se unieron a las suyas mientras miraba fijo el reloj. Ya eran las 9:15pm y el guitarrista aún no llegaba. ¿Se habría perdido? Pero si Miku le había dibujado un tierno mapa con crayones de diferentes colores, era imposible perderse.

El sonido del timbre cambió el rostro de ambos y caminando junto con el bajista hacía la puerta se encontraron con la figura de Takuya. Una maleta en una de sus manos y el estuche de su guitarra en la otra.

La sonrisa que se formo en su rostro era de pura alegría, había extrañado tanto a su amigo. Extrañaba aquellas conversaciones idiotas que podían mantener por horas, quedarse despierto en la noche solo para ver programas que a los dos les gustaba por la TV. O simplemente molestar al resto de la banda como fuera.
Luego de que el bajista abrazará a Takuya, Miku le saltó encima, casi botándolo, y lo abrazó con fuerza.

-Te he extrañado tanto Taku-chan!- le besó la mejilla. -¿Te costo mucho encontrar la casa?-

Tenía en frente las dos caras que deseaba ver, recibió el abrazo de Kanon encantado y luego sintió el estruendoso recibimiento de Miku.

-Au...-espetó bajito, Miku justo había besado esa mejilla.-¡Mi maleta!-gritó al verla rodar escaleras abajo luego del efusivo saludo de Miku, entregándole el presiado estuche de su amor a Kanon, corrió tras ella, subiendo de nuevo las escaleras, encontrándose con la graciosa mirada de sus amigos y segundos después los tres se echaron a reír alegremente.-¡Ahh! que los extrañaba-dijo abrazando a los dos fuertemente, mientras la maleta volvía a caer escaleras abajo.-¡Ahhhhhhhhhhhh!

Escuchó cuando su amigo se quejó suavemente por el dolor, entonces lo miró a la cara y se dio cuenta de que había algo extraño, pero no preguntaría en ese momento...lo haría luego, tal vez sólo se había golpeado en un descuido.

Él ya tenía la guitarra así que el instrumento estaba a salvo, pero no pudo evitar reírse un poco cuando la maleta del menor rodó por las escaleras; cuando se volvieron a ver los tres, empezaron a reírse por lo que había pasado.

-Nosotros a ti.- le respondió aún riéndose y entonces a Takuya se le volvió a escapar su maleta; el bajista se rió un poco.- déjalo...yo voy.- le acarició el cabello suavemente y fue con la maleta, la recogió y encontró a la casa.- pasemos...- le sonrió y cerró la puerta con la pierna.- vamos a tu habitación para dejar las cosas.

Soltando a su amigo, aún seguía con aquella sonrisa en la cara, era inevitable. Al momento en que la maleta de Takuya cayó por las escaleras rieron juntos, al parecer el guitarrista seguía igual de despistado.

Antes de que Miku se pudiera ofrecer ayudar a su amigo, el bajista se le adelanto yendo por la maleta perdida.

-Veo que no cambias, eh?- aún riendo acarició la mejilla del guitarrista, notando un pequeño rasguño que éste tenía. -¿Qué te ha pasado?- preguntó preocupado, notando la mirada nerviosa del menor. Antes de que Takuya logrará responder, Kanon venía con la maleta y cerraba la puerta tras de sí.

-Si, vamos a ver tu nueva pieza- Aún preocupado decidió guardar silencio con respecto a lo que había visto, ya habría otro momento para conversar seriamente con él. Hoy era momento de celebrar su llegada. -Vamos, apresurémonos, quiero beber hoy día! Y pronto!- dijo volviendo a su tono alegre.

Recibió gustoso la idea de que Kanon fuera de nuevo por ella, ya había caminado bastante, cuando se arreglaba el pelo, escuchó la única pregunta que no deseaba escuchar, por parte de Miku "¿Qué te ha pasado?" refiriéndose al rasguño en su cara. "Nada, es que a Papá le dio por limpiar su anillo con mi mejilla", y entonces Miku diría: "Ah, ya veo", Sí... claro. Pero entonces Kanon lo salvó pasando todos a la casa.

-¡Wow! está genial-espetó al ver lo bella que era la casa y cómo sus amigos le tenían preparada una bienvenida, "Que tiernos".-¡Ah claro! mi habitación... ya quiero verla y luego beber ¡genial!-agregó corriendo, mientras se llevaba a Miku con él y Kanon cargaba con todo, a falta de Teruki, Kanon hacia de padre al parecer y Miku ¿de madre? Rió bajito de su chiste interno, entrando a la habitación que Miku le indicaba.-Que grande... wow... ¿y es toda para mí solito?-preguntó caminando por toda ella.

Subió con las cosas del recién llegado sin demasiados problemas, le gustaba hacer esos favores por Takuya y en realidad por quién fuera, si eran sus amigos claro. Sonrió cuando Takuya dijo que la habitación era grande, y es que ahí todos tenían bastante espacio para hacerlo suyo.

-No...la compartes con Miku, cuidado...ya sabes que ronca.- hizo una expresión graciosa y antes de que el vocalista protestara, le dio un suave beso en el cabello como disculpa, no podía evitar hacer esa clase de bromas. Dejó la guitarra sobre la cama y la maleta a un lado, después volteó a ver sus amigos y le sonrió al menor de los tres.

-Bienvenido a casa...Taku.- soltó con una suave sonrisa, de pura felicidad.

Antes de que pudiera responder a la pregunta que Takuya hacía sobre la habitación, el bajista se le adelanto. -¿Qué yo que...?- no alcanzo a protestar cuando Kanon ya besaba su cabello, aún riéndo, el vocalista sintió sus mejillas arder un poco y sonrió también. -Yo no ronco- dijo haciendo un puchero, aguantandose la risa.

Mientras el bajista dejaba las cosas de su recién llegado amigo sobre la cama, Miku volvió a mirar el rostro de éste. Estaba preocupado,y aunque sabía que lo que menos Takuya necesitaba era un interrogatorio, no pudo evitar que miles de preguntas viajaran por su cabeza.
Kanon se dió vuelta justo antes de que el rubio volviera a hacer un comentario incómodo.

-Sí Taku-chan, bienvenido- aún manteniendo la sonrisa, abrazó con fuerza al guitarrista. -No te imaginas lo feliz que estamos de tenerte de vuelta, es bueno tenerte en la familia de nuevo- besó su mejilla una vez más sintiéndo la tibia piel del menor sobre sus labios. -Ahora... ¡vamos a celebrar!- gritó y tomándo las manos de ambos corrió bajando la escalera.

Sonrió nervioso, sabía que Miku tarde o temprano le preguntaría, debía buscarse una buena excusa, si no quería que sus amigos se enterarán y le dieran la eterna conversación de siempre. Él quería que lo dejaran de ver como un pequeño, ya sabía que era imposible que lo viera de otra forma, de que él, lo dejara de ver como un hermano pequeño, porque siempre sería Taku-chan. Sonrió tratando de que se viera lo más sincera posible al escuchar lo que sus compañeros le decían.

-Me van a hacer llorar.-dijo secándose lágrimas imaginarias y luego rió.

Miku se los llevó escaleras abajo, llegando en un segundo al comedor, en donde, pasados dos segundos más, los tres cogían las copas y brindaban por su llegada. Aunque por dentro sentía miles de sentimientos que se chocaban, prefería que la alegría de estar con esos dos fuera el que aflorara y llenara su ser por completo.

-Están más gorditos, eh-dijo fingiendo seriedad, haciendo que los otros dos se miraran con histeria su estómago.

De repente Miku los jaló a los dos haciéndoles llegar al primero piso, le habría dicho al rubio que no bajara así las escaleras porque podrían caerse, pero ya estaban abajo y además no quería resondrarle como a un pequeño niño, sólo esperaba recordarlo después para recomendáraselo.

-¡¿Gordo, yo?! ¡estás loco!...- no, no podía estar gordo.- ¡hago ejercicio todos los días!...o al menos casi todos...- hizo gestos muy graciosos y después se lanzó sobre Takuya para molestarlo.- ¿por qué dices esas cosas eh?...tú quieres sufrir mis legendarias coquillas, no hay otra explicación, ¡ayúdame Miku!- y empezó con las cosquillas a Takuya, no lo podía evitar, el menor era tan lindo que le encantaba hacerle eso, sólo esperaba que vocalista y guitarrista no se rebelaran contra él.

-¿Gordo?- Instintivamente se miro el vientre tocándoselo ante el comentario del guitarrista. -Estas loco!- le dijo riéndo, escuchando la respuesta que Kanon daba ante semejante acusación.

Casi le da ataque de risa cuando el bajista se lanzó sobre Takuya tacleándolo y comenzó a hacerle cosquillas. El guitarrista clamaba por ayuda para ser salvado, mientras el bajista le pedía ayuda para seguir molestando al más pequeño, pero Miku hizo como que no los escuchaba. -Nah nah, debe ser por lo gordo que estoy... no sé quién me pide ayuda, no alcanzo a escuchar- dijo jugueteando, mientras tomaba más cerveza del vaso que sostenía.

Aún sonriéndo y mirando la escena, se acercó corriendo y en un súbito movimiento dio vuelta a Kanon. -Mmm... parece que Taku tenía razón, si estas más gordo- una carcajada y comenzó un ataque de cosquillas, siendo ayudado por el guitarrista que aún trataba de recuperar el aliento.

Pensó que se quedaría disfónico de tanto gritar, Kanon lo había derrivado sin piedad, sabía que el pobre de Takuya era más débil, se sentía explotar con las cosquillas del bajista.

-¡Ayuda Miku! ¡Socoorroo!-gritaba, pero Miku se hacia el tonto con lo de su broma de que estaba gordo.-¡No! ¡No estás gordo! ¡Ahhh! ¡jajajaja! Kanon, por favor-sentía que se iba a partir en miles de pedacitos si Kanon seguía haciendole esas cosas.

De repente se sintió más liviano y se precató que Miku había dado vuelta a Kanon, quedando éste a merced de los dos, no desperdició ningún segundo más y ayudó a Miku en el súper ataque-contra-Kanon-Seme-chan, como lo llamaba mentalmente.

-Muahahahaha-rió macabramente, arrancando más risas por parte de sus amigos-¡Vendetta!-rió también él, definitivamente había extrañado todas estas cosas.

Al principio Miku no le ayudó, pero lo dejó pasar ya que él sólo podía dominar al menos fácilmente, Takuya gritaba por piedad pero el bajista no pensaba dársela, había estado tantos días sin poder hacer eso que tenía que aprovechar. De pronto sintió que Miku le daba vuelta y empezaban a atacarlo entre los dos; el de cabello negro, orgulloso como era, trató de zafarse a toda costa de aquellas cosquillas que lo volvían loco, no podía creer que el ubio le hubiera traicionado.

-¡¡Miku...tú!!- gritó no pudiéndolo creer, seguido de muchas risas, Takuya gritaba vendetta, pero en vendetta sería lo que Kanon les haría cuando lograra zafarse de aquella tortura, aunque tal vez lo hacía por la madrugada mientras durmieran, no por nada él era el rey de las bromas pesadas.

-¡¡Se van a arrepentir de esto...!!- gritó muy en serio antes de poder salirse del medio de los dos y correr a un rincón de la casa lejos de los otros dos.

El pequeño vocalista hizo oídos sordos a la amenazas que Kanon le hacía mientras era atacado sin piedad por el guitarrista y él. Es que Miku lo sabía, no había nada más gracioso que un Kanon enojado, aunque tenía claro que el bajista de pelo negro se vengaría de ellos. Sabía que lo haría, tarde o temprano.

-Ne, Kanon-chan, te ves más lindo cuando te ríes- lo molesto sonriendo coquetamente, cuando finalmente el mayor de los tres logro safarse de las cosquillas, corriendo hacía un rincón. -Sabemos que igual te gustan nuestras cosquillas- volvió a sonreír ampliamente.

-Ahh... pareces un cachorrito con frío-rió Takuya viendo al bajista en un rincón y corrió hacia él abrazándolo.-Pochito el cachorrito de Kanon, tiene miedo...-agregó con una gran carcajada, alejándose rápidamente y escondiéndose detrás de Miku.-Etto... Miku-chan, tendremos que dormir juntitos-agregó sin pensar mucho en lo que decía.-Kanon tiene una cara malvada... no quiero dormir solo esta noche con él suelto-dijo miedoso.-¡o mejor! lo amarramos a la cama

Sin querer estaba formando imágenes mentales en la cabeza de los otros que nada tnían que ver con lo que él quería decir, de seguro iba a ser una larga noche.

-Claro que no me gustan.- le respondió primero a Miku, ¿cómo le iban a gustar?, si eran una tortura. El comentario del menor de los tres le hizo fruncir el ceño, él no era ningún cachorrito y mucho menos con frío, lo mejor era que vocalista y guitarrista de An Cafe se cuidaran esa noche porque el bajista buscaría venganza.-y no soy ningún cachorro...!

Takuya ya empezaba a hablar cosas en doble sentido, pero sin querer le dio una idea al de cabello negro, ahora estaba pensando en amarrar a la cama a sus amigos en cuanto estos se fueran a dormir, y entonces las cosquillas dudarían hasta que suplicaran por piedad.

-¿Van a dormir juntitos y no me invitan?- preguntó con una sonrisa en los labios ya recuperando su actitud de siempre y acercándose a los otros dos.- ¡me vuelves loco...!- le dijo a Takuya al mismo tiempo que le cogía la cabeza y le daba un beso en la frente.- pero no sé que haríamos sin ti en nuestras vidas.- le sonrió, primero la pasarían bien y después la venganza.

Miku comenzo a reír con los comentarios del bajista. -Si eres un cachorrito Kanon-chan- aún sonriéndo se acercó a la mesa para servirse más cerveza.

-Ne? ¿Quieres dormir conmigo Taku?- dándose vuelta se encontro con la mirada del menor. -Claro, no hay problema- casi derrama la cerveza que comenzaba a beber en ese momento cuando Kanon recupero su actitud y comenzó a molestarlos. -Eres un pervertido, sabías? Para que quieres dormir con nosotros?- lo molesto un poco sonriéndo.

Miku se quedo en silencio observando a sus amigos, definitivamente no sabía que haría sin ellos. Eran su única familia, los únicos que lo entendían al 100% y los únicos que él necesitaba.
-Toda la razón, no sé que haríamos sin ti Taku-chan- dijo volviendo a la realidad, sonriéndo sirvió un vaso de cerveza para Takuya y miró a Kanon aún con el vaso vacio -¿Quieres que te sirva cerveza también o tomaras algo más fuerte?-

-Sin mí no serían nada.-dijo haciéndose el lindo mientras recibía el vaso de cerveza que le ofrecía Miku.-¡Gracias!

Se tocaba la frente y sonreía, le gustaba como Kanon lo trataba, se sentía protegido, Kanon era muy lindo con él, pero por una extraña razón amaba molestarlo, aún no podía creer que Kanon fuera sólo "seme" y se enojara tanto si uno lo molestaba en relación a eso, qué tenái de malo ser Uke ¿eh?. Se metió en sus pensamientos, sin fijarse mucho en lo que los demás hacían o decían, él encontraba las dos cosas geniales, no podría elegir si le preguntaran, no es que tuviera tantas experiencias tampoco.

-Quiero un Neko-dijo sin pensarlo, extrañaba sus gatitos.-¿No trajiste tu perro, Miku-chan?

-¿Para qué crees que quiero dormir con ustedes Miku?- dijo con un tono bastante pícaro, tratando de molestar a su amigo. Le guiño un ojo al vocalista y se fue por su propia bebida.- sabes que yo siempre tengo algo más fuerte para tomar.- bromeó.

Rió por lo que decía Takuya, tal vez sin él estarían perdidos, pero le daba risa que lo dijera de ese modo, tan confiadamente. De pronto, lo que dijo Takuya le sorprendió, a veces el menor botaba una conversación de la nada, aún así...no importaba qué fueran a conversar esa noche, él se iba a vengar cuando los otros durmieran, sonrió al pensar en eso.

-¿Por qué no trajiste lo tuyos...?- preguntó curioso, él también quería una mascota, pero a veces le faltaba tiempo para cuidarlas.

Rojo como tomate solo átino a mirar hacía otro lado ante la pícara respuesta que el bajista le daba. Siempre sabía como ponerlo nervioso, y nunca dudaba en hacerlo.
-Lo sé- sonrió un poco, Kanon era el que más bebía de todos y el que más cambiaba cuando estaba ebrio. -Sólo espero que no sea sake, recuerda lo que paso la última vez que tomaste- comentó riendo, recordando una de las tantas veces en que el mayor se había pasado de copas con sake.
Luego de uno de sus primeros conciertos, cuando aún eran cuatro en la banda, habían comenzado a beber sake. Kanon fue el último en embriagarse, pero termino molestando a cada niña que pasaba, bailándoles desde el balcón de la pieza del hotel y gritándoles frases bastastes subidas de tono... lo gracioso? Miku también lo había acompañado con aquella travesura, pero el vocalista se acordaba de todo, Kanon de la mitad.

Solto una carcajada al ver el rostro del bajista y puso mayor atención a lo que Takuya decía en ese momento. -¿Qué le paso a tus gatos Taku?- pregunto preocupado. -Yo deje a mi perrito en un hotel de perros por el fin de semana, lo esta pasando mejor que nosotros, te lo aseguro- dijo riendo.

-¿En un hotel para mascotas?-hizo la pregunta y se sumergió en sus pensamientos

Hotel para perros: una habitación toda Nyappy, con comida cool a todas horas, piscina enorme en forma de inodoro, llena de agua venida directamente de los manantiales de las montañas, perritas con bikinis, etc... etc. Quizás había hoteles para gatitos, llenos de sillones para arañar, peces para comer, ventanas para dormir, suspiró con nostalgia ¿los gatitos también van al cielo?

-Etto... no creí poder traerlos, no sabía si les molestaría-respondió bebiendo por completo su vaso de cerveza, quizás le pedía algo más fuerte a Kanon.

-Sí sí...ya lo sé.- en realidad, estaba tratando de no tomar tanto, sabía que se hacía daño, pero después de su depresión no había podido evitar comenzar a tomar de esa manera; esta era una ocasión especial así que tenía que tomar de todas maneras.

-Ese perro vive mejor que yo...- dijo en broma y comenzó a tomar. Escuchó lo que Takuya decía no creyéndolo del todo, porque el guitarrista sabía bien que a ellos no les molestaba eso, pero por otro lado, a veces Takuya salía con ideas raras.

-Pero...no nos molesta, ¿verdad Miku?, así que uno de estos días los traes.