Un caffeco más (privado)

No pudo evitar reírse de lo que le decía Kanon, estaba claro que sólo quería echarle leña al fuego para que siguieran bebiendo, temía y estaba claro que el mayor pretendía algo, haciéndoles beber a ellos, sin él tener mucho alcohol en la sangre, pero no le importó se la estaba pasando bien y antes de que Miku pudiera tomarse el vaso, él ya se lo había bebido otro y le había quitado la botella a Kanon para servirse un segundo, tomándoselo aún más rápido que el primero.

-Pues...-carraspeó, pues se le enredaba la lengua.-que ya no... estamos empate... ¿no?-agregó lento para que se le entendiera bien.

-Sí, ya veo par de alcohólicos.- se quedó mirando a sus amigos, por una parte estaba deseando vengarse por aquellas cosquillas infernales, pero por otro lado ya empezaba a preocuparle el estado de sus dos peques, no quería que al día siguiente se la pasaran en cama, aunque eso ya parecía inevitable.

-Si se acaban la botella ahí queda...- les dijo viendo que ya no quedaba demasiado, gracias al cielo; no sabía que eso dos podían llegar a ser tan competitivos como él. Miró a Miku que apoyaba un poco su cabeza en el hombro del más alto y le tomó suavemente el brazo para sostenerlo, por miedo a que cayera al suelo.

-Vamos chicos.- rió.- al que gane me lo llevo a la feria.

-...¿a la feria?- el alcohol ya le afectaba por completo, pero seguía semi consciente, capaz de comprender todavía lo que los demás decían. El rostro se le había iluminado al escuchar las últimas palabras que el bajista había pronunciado, y es que en el fondo Miku seguía siendo un niño pequeño, y se le notaba mucho más cuando estaba ebrio. -...yo quiero ir a la feria! Y quiero... quiero... quiero que me compres algodón de dulce Kanoooon....- riéndo tomó la botella sobre la mesa con una de sus manos, y se bebió lo poco que quedaba de un solo sorbo. Poco le ardía ya la garganta y a penas sentía el alcohol bajarle por la garganta, se había acostumbrado por completo. Mañana de seguro amanecería con una resaca horrible.

-Ahora soy yo el que gana... Takuuuya-chan...- balbuceó divertido, dejando escapar una risita entre cada palabra, volviéndo a cargar su cabeza en el hombro de Kanon, evitando cerrar los ojos por mucho tiempo por que todo le daba vueltas cuando lo hacía. -Ahora tendrás... que llevarme a la... feria... Kanon-chan...- murmuró agarrándose del brazo de su amigo.

Suspiró al ver lo que quedaba en la botella, realmente ya no quería más, escuchó a Kanon y se puso a reír, pero le dio más risa Miku, verle la cara tan iluminada sólo por escuchar el "premio", no hizo nada por tomar la botella, simplemente retrocedió hacia el sillón más cercano, sentándose en el apoya manos, llevando una mano hacia la frente, de seguro mañana le dolía como nunca, lo peor es que no recordaría muchas de las cosas que había hecho, cuando bebía demasiado y lo mezclaba con alguna pastillo o disgusto, su cerebro actuaba y le borraba parte de sus recuerdos.

Unas ganas horribles de ir al baño le entraron y miró hacia los lados asustado, no sabía dónde estaba el baño, infló las mejillas en forma de pataleta, apenas había llegado a al casa se habían puesto a beber y sólo conocía su habitación ¿tenía baño? Ni siquiera prestó atención a Miku, que decía que había ganado, no le interesaba la feria, ni los algodones de dulce que le comprara Kanon, quería un baño y hacer pipí.

Al parecer el premio había motivado a su vocalista ya que terminó por ganas la competencia, Kanon sólo rió y asintió cuando Miku dijo que había ganado, porque así había sido, mientras Takuya se iba al sofá y ahí se quedaba sentado.

-Sí, te compraré todo lo que desees.- ayudó a su vocalista a caminar hasta el sofá y lo hizo sentarse ahí al lado del guitarrista, para luego mirar a este, ya que parecía que quería algo desesperadamente.- ¿está todo bien Taku?- le preguntó un tanto preocupado, es que el chico miraba a todos lados casi desesperadamente.

Caminó con dificultad hasta el sillón siendo ayudado por el bajista. ¿Porque había tenido que beber tanto? ¿Qué había tratado de probar? Había sido un idiota y ahora se sentía pésimo, feliz porque había ganado, pero el mundo le daba vueltas cada vez que pestañaba...

-Kanon-chan...- murmuró bajito, con una sonrisa idiota en los labios sentándose al lado de Takuya. Si aparentaba que estaba bien... si hacía como que nada pasaba, solo tenía que esperar a que el alcohol le bajara y no hacer ninguna idiotez. Agarró el brazo del pelinegro una vez más, como si tuviera miedo de que lo dejara solo, sin notar que el guitarrista de su banda también tenía problemas.

Seguía mirando a todos lados, era algo desesperante, pensaba que su vejiga reventaría y más encima el habla no le salía.

-Baño...-le dijo a Kanon simplemente mirándolo desesperadamente a los ojos.- Necesito... ¿Dónde está?

No eran frases muy cuerdas, pero esperaba que su compañero lo entendiera, lo peor era que Miku no ayudaba con esa voz melosa colgándose a Kanon como un llavero, ahora aparte de muchas ganas de ir al baño, tenía ganas de zamarrear a Miku para que dejara de babear por el bajista, pero claro... no lo haría, como nunca hacía nada, suspiró, pero trató de disimularlo con un bostezo antes de que le hicieran más preguntas, por lo menos ya habían olvidado lo de sus gatos y el moretón.