De Peleas, Dolor y Otros Cuentos... (Kanon-Takuya)

[Viene de acá]

Abrió los ojos lentamente, un dolor le invadió el cuerpo cuando trato de moverse, se sentía pésimo, como si un auto lo hubiera atropellado y se estuviera desangrando en la calle y veía borroso. Finalmente movió un poco la cabeza para observar a su alrededor, estaba en su habitación... aún vestía la misma ropa que se había puesto para salir con Takuya, y aún tenía sangre impregnada en la tela.

-Carajo...- susurró y los recuerdos le vinieron de golpe a la mente. La pelea, Kanon llegando de la nada, Takuya llorando por su culpa, él dando el primer golpe a aquel tipo que solo había pecado por mirar a su amigo de manera lujuriosa. -Taku...- volvió a decir cuando notó al guitarrista sentado a su lado mirandolo con ojos preocupados. -¿Que pasó? ¿Cómo llegamos aquí?-

Se sentía en una extraña nebulosa, con un extraño sentimiento de calor, pero de ese calor cuando te sientes completo, ese que sientes sólo en "familia", teniendo a Miku arrimado a él, se sentía tan bien. Pero por otro lado, estaba Kanon llenándolo de preguntas, se limitaba a asentir o a negar cuando fuera necesario. Llegaron a los pocos minutos a la casa, cuando quizo ayudar a Miku, ya estaba Kanon sacándolo del auto, suspiró triste y sólo se dedicó a cerrar y abrir las puertas para que el bajista pasara tranquilamente.

Vio como Kanon dejaba a Miku en la cama y un escalofrio lo recorrió por completo, se dio cuenta de que Miku tenía razones de peso para estar enamorado del bajista, al lado de Takuya era el príncipe ideal, mientras que él parecía un cachorrito al que salvar. Escuchó atento las palabras de Kanon, pero no pudo articular palabra alguna, sólo asintió y le dio el lado para que saliera. ¿Médico? ¿Costillas rota? ¡todo por un estúpido juego de celar! Se sentía asquerosamente mal.

-Miku...-susurró, no quería despertarlo, pero verlo en ese estado de "coma" le inquietaba, siempre le había gustado ver dormir a Miku, porque al contrario de él dormía con una tranquilidad que se contagiaba, pero ahora quería verlo sonreir, o gritar... saltar, chillar, lo que fuera.

Se sentó a su lado en la cama, estúpido el momento en que se le ocurrió coquetear con el chico de pelo azul, de todos modos no había servido de nada, aunque Miku se molestó, todo había sido en plan de "amigo", eso estaba claro. Era obvio que tenía que dar esa guerra por perdida, como lo hizo con Kanon tiempo atrás, aunque estaba seguro de que no era lo mismo. Siguió mirando al rubio preocupado, de repente se despertó y se alivió un poco.

-¿No te acuerdas?-preguntó inquieto, quizás le había dado amnesia, se relajó un poco-Kanon nos trajo, te quedaste dormido, Miku... ¿te duele mucho?

Esperaba que Kanon llegara luego, no quería quedarse ahí mucho tiempo, necesitaba su terapia de soledad, música y llanto crítico.

Llamó al médico que mejor conocía, era su amigo además y así el bajista sabría que su hermanito estaría en buenas manos; aún así estaba muy preocupado, no quería ni enterarse de que el rubio tenía algo roto o se iba en ese instante a aquel lugar a seguir golpeando a esos tipos, aunque él terminara mal, no iba a dejar las cosas así, cómo no habís estado con sus otros amigos para darles una lección a esos maldecidos.

Se paró frente a la puerta del vocalista y suspiró, ¿qué habría pasado si él no hubiera estado ahí?, eso le daba miedo...no quería ver dañados ni a Takuya ni a Miku, pero no podía estar siempre detrás de ellos, aunque a veces quisiera hacerlo, tal vez ellos mismo terminarían echándolo. Se sentía horrible por haber dejado que golpearan al rubio de esa manera, él no tenía la culpa en realidad, pero dentro de la cabeza de Kanon, era su culpa no haber llegado antes.

Entró a la habitación y notó que Miku ya se había despertado, sintió un gran alivio con eso porque parecía que el más bajo no estaba mal, pero aún así tendría que verlo un médico; se acercó a la cama y le acarició suavemente el cabello a su amigo mientras le sonreía tierna y comprensivamente.

-Nos has dado un gran susto peque...en unos minutos viene un doctor para verte, ¿sí?- miró a Takuya y le sonrió de igual manera.- ¿podrás cuidar a Miku mientras?

Pestañeo extrañado, claro que recordaba todo, lo que no recordaba era como había terminado durmiendo placidamente sobre su cama. ¿Quién lo había dejado ahí? Kanon, era obvio... Takuya podía llevarlo en brazos, pero al imaginarse en los brazos del bajista sintió que su corazón latía más rápido. ¿Porqué siempre tenía que pensar idioteces en los peores momentos?

-Taku, si recuerdo... todo- dijo con amargura. -sólo quería saber como había terminado en mi cuarto, sobre mi cama...- aclaró y se sobo la cabeza con una de sus manos, le dolía mucho, al igual que el vientre, y parecía bastante obvio que se mantendría adolorido por varios días. -No, no me duele, en serio- trató de sonreír para calmar el rostro preocupado del más pequeño, pero dudaba que Takuya le fuera a creer.

-Taku... yo realmente...- no alcanzó a terminar lo que quería decir, quería pedirle disculpas a su amigo, por ser un idiota, por ser quien había comenzado todo. Por ser el causante de tremendo desastre. Pero la presencia de Kanon entrando a la habitación lo detuvo en seco, le avergonzaba de sobremanera que el bajista se enterará que todo había sido su culpa.

Se sonrojo levemente al sentir la mano de su amigo acariciarle el cabello y ver la sonrisa que le daba.
-¿Un doctor? Kanon estoy bien, no necesito uno- trato de sentarse pero una punzada de dolor lo hizo retractarse de su desición. -Mierda...- susurró. -Okay, me duele un poco, pero no es para tanto, saben?-

-Fue Kanon...-dijo bajito ante la pregunta de cómo había llegado ahí "fue Kanon, quién más, yo apenas me puedo mantener en pié solo, y ni siquiera soy capaz de defenderme solo" pensó en todo eso, pero obviamente no lo iba a decir. Esuchó todo lo que Miku le decía sin creer ninguna de sus palabras ¿Cuándo llegaría Kanon para hacerse cargo de él, o el doctor? él sólo quería salir de ahí hacia su habitación y estar solo, hasta quería que apareciera Yuuki y le dijera alguna estupidez que lo hiciera reír, o que Teruki lo mandara a practicar. No quería estar con esos dos que habían sufrido tanto por su culpa, y que lo hacián sufrir, pero también eso era su culpa.

-¿yo? ¿A Miku? ¿Cuidarlo?-se preguntó ante lo que le dijo Kanon-es que yo no... no sé, o sea...-trataba de explciarse, pero cada vez se le hacia peor. Miró a Miku tratando de acomodarse y el gesto de su cara, unas pequeñas lágrimas se le asomaron, todo ese dolor era su culpa, cuando lo único que había querido en el parque era que Miku la pasara mejor y "se olvidara" de Kanon, resultando siempre todo al revés para él.

-Por favor Miku...a mí no trates de engañarme...quiero que te quedes recostado y no te muevas demasiado, ya el doctor nos dirá si se necesita algo más. Escuchó las cosas que decía Takuya algo confundido, ¿por qué no quería cuidarlo?, ¿tal vez el guitarrista también se sentía mal?, pero no había visto que nadie le pusiera un dedo encima, no creía que lo hubieran golpeado antes de que él llegara.

-Sí, tú; sí, a él; eso fue lo que dije...- respondió tranquilamente a las tres preguntas del menor de los ahí presentes; posó su mano sobre el hombro de Takuya y le pidió con la mirada que cuidara a su vocalista.- por favor Takuya...

Y es que Kanon en realidad no tenía nada que hacer ahí, el guitarrista y el vocalista habían salido juntos por alguna razón y el bajista sólo había llegado a defenderlos y a llevarlos a su casa, ahora que todo estaba bien, él no tenía por qué quedarse e incomodar más a ese par.

-Yo estaré abajo esperando al doctor...- después de decir eso caminó hacia la puerta y la abrió.- si necesitan algo avísenme...- salió.

-No estoy tratando...- sus palabras fueron cortadas en seco por la mirada y lo que aún le decía el bajista. Se volvió a recostar notando las lágrimas que se habían formado en los preocupados ojos de Takuya, y la forma en que le respondía, indeciso, al mayor de los tres. ¿Acaso el castaño no quería cuidarlo? ¿Tanto lo odiaba ahora por lo que había pasado?

-Ne, Taku... perdóname, lamento haber arruinado nuestra noche- dijo con pena, lo que menos había querido era hacer sentir mal al pequeño, ¿porque debía tener aquellas reacciones tan impulsivas? Se había dejado llevar por la rabia acumulada y se había descargado con el primer tipo que vió... lo había arruinado todo.

-Kanon...- susurró al verlo irse, no lo entendía, ¿porque no se había quedado él también en la habitación? -bueno...- atinó a decir y volco nuevamente su atención en el guitarrista. -Taku... ¿vas a ignorarme?- le dijo al notar que el pequeño miraba fijo un punto en la ventana de su habitación.

-No...-dijo en un susurro tratando de que su voz no se quebrara. Kanon se había ido hace poco ¿por qué no se quedaba ahí, mientras él esperaba al doctor? no quería verse débil ante Miku, por eso quería salir de ahí.- es que... Miku... yo, no es tu culpa, es mía, yo tuve la culpa de todo, por... molestar con ese chico y... pues, yo sólo quería que la pasarás bien, por lo de... por lo que hablamos en el parque-fue inevitable, las lágrimas comenzaron a salir, que estúpido se sentía, acorralado, si sus pies le hubieran contestado hubiese salido corriendo, metiendose debajo de la cama, o en el closet, adicción que habái adoptado luego de lo de su hermano, pero no podía, seguía mirando el piso, quieto, casi sin respirar ¿¡por qué no hizo nada!? ¿por qué frente a la demás gente era un ente casi sin vida, sólo lleno de nervios? ¿por qué sólo con sus amigos podía ser como era? no entendía, pero no le gustaba.-Gomenasai Miku, por no hacer nada...

Atónito escucho lo que el guitarrista decía. ¿Que era su culpa? ¿Que él había molestado al chico? No, eso no era cierto, y Miku lo sabía. Él había incitado la pelea, era Miku quien había tratado descargar sus frustraciones con un completo extraño solo porque le habían bajado unos infantiles celos por su amigo. Le había molestado tanto ver como ese imbécil de pelo azul miraba con lujuria al menor, que sintió ganas de reventarle la cara a puñetazos... cosa que no logro como esperaba.

-Taku... no, no te disculpes, no sigas diciendo esas tonteras- con dolor se sentó en la cama y se acercó al guitarrista lo mejor que pudo. -No llores porfavor,- susurró abrazando a Takuya, sin importarle el dolor que recorría sus brazos y vientre en ese momento, y evitando poner cualquier mueca para que el pequeño se diera cuenta. -No llores, la culpa fue mía, yo di el primer golpe- con sus dedos limpió las lágrimas de las mejillas del muchacho, y al ver que éste aún lloraba, acercó sus labios con suavidad y besó la humeda piel. Lamiendo las lágrimas delicadamente. -No me gusta verte así de triste- susurró.

Vio como el vocalista se sentó en la cama y con pánico por dentro le rogaba que no se moviera, pero no podía abrir la boca, sus lágrimas y el dolor interno que sentía le impedían hacer algo cuerdo, sólo se acerca dejándose abrazar por Miku. Negaba a todo lo que decía Miku, él sólo había actuado por un deseo suyo, por una acción suya, se sonrojó levemente al sentir los dedos de Miku, pero sus lágrimas seguían cayendo sin parar, su cuerpo tembló al sentir los labios del vocal sobre su pálida piel, Miku no sabía lo que podía provocar en él, su mente le decía que lo parara, pero su corazón gemía por un poquito de cariño, aunque fuera de amigos, consolándose por una estupidez, aspiró una gran cantidad de aire tratando de tranquilizarse.

-Miku... recuéstate-se limpió rápidamente con la manga, mientras se separaba del mayor y lo recostaba.-El médico no debe tardar, no te pares... ¿necesitas algo?

Se vió recostado nuevamente, el guitarrista se limpiaba las lágrimas que aún caían con la manga de su camisa y Miku volvió a sentir un dolor profundo en el estómago que le subía hasta llegar a su pecho. No era un dolor físico, era algo más, le dolía más ver al pequeño sufriendo por su culpa que los golpes que le habían dado.

-Taku...- le tomo la mano entrelazando sus dedos. ¿Qué clase de monstruo era él para hacer llorar a Takuya? ¿Cómo era posible que se considerará siquiera su amigo si era capaz de hacerle sentir tal dolor? -recuestate a mi lado Taku, quedate conmigo, no quiero que ese maldito doctor llegue- su amigo acosto a su lado y Miku lo abrazó tratando de sonreír, tratando de subirle el ánimo al menor. -Taku...- susurró acariciándole el pelo, las lágrimas aún bajaban por las mejillas de Takuya, y el labio inferior le temblaba.
Se sintió impotente, ni siquiera así podía calmar la tristeza de castaño. Sin saber que hacer, y dejándose llevar por un impulso, besó los tibios y algo húmedos labios del guitarrista, fue un beso corto, tierno y lleno de amor, un beso que no duro más de unos segundos, y que trataba de transmitir todo el amor y cariño que el vocalista sentía por Takuya. Lo único que Miku quería era verlo sonreír.

Trataba de calmarse, pero una fuerza mayor le hacía llorar con amargura ¿Acaso había algo peor que ver a la persona que más amas en este mundo lastimada? Quizás sí lo había y lo descubriría pronto, pero ahora el dolor de Miku lo acongojaba más de lo normal. Sintió como los delgados dedos del mayor se entrelazaban en los suyos, dejó de respirar por un segundo, pero su organismo siguió actuando por su cuenta, así que se vio recostado al lado del vocalista, mientras éste susurraba su nombre con cariño, pensó que nunca nadie lo había dicho de esa forma, nunca más se le borraría de su mente la melodiosa forma de pronunciar esas 4 letras.

Su labio temblaba levemente al tratar de reprimir su dolor, pero sus lágrimas seguían cayendo cristalinas por su pálido rostro, debía encontrar la forma de calmarse y cómo si eso hubiera sido un llamado hacia Miku, éste lo besó dulcemente, sólo unos segundos, pero bastó con un milímetro de la piel suave de esos labios tocara los suyos, para que las lágrimas dejaron de aflorar y el dolor de su corazón, se cambiara por millones de mariposas en su estómago.

Había estado abajo muy nervioso esperando al doctor, daba vueltas por la sala mientras miraba la hora y se preguntaba por qué no llegaba el médico, cualquiera que le hubiera visto hubiera pensado que su hijo estaba por nacer, porque el hombre se veía desesperado, y eso era normal en Kanon, especialmente porque se trataba de uno de sus hermanitos. Al final escuchó el timbre y corrió a la puerta para recibir al hombre.

-¡Por fin! ¿por qué tardaste?...sube sube.- dirigió al hombre hasta el segundo piso, el otro sólo le sonrió un poco y subió, ya en realidad no se había demorado demasiado.

-Ya llegó el doctor, vamos a pasar.- después de decir eso, entraron los dos y los vieron echados en la cama.- Miku, Takuya...él es Sakito.- se acercaron un poco más los dos.- es el rubio.

No se había demorado demasiado, al menos no a su parecer, sólo había sacado sus llaves, se había montado al auto y había salido lo más rápido que pudo, cuando Kanon llamaba, usualmente el alto no le hacía esperar.

-Perdón...- se disculpó con una suave sonrisa, sabiendo que no era su culpa lo que pasaba, pero le agradaba la actitud del bajista, tan preocupado siempre por sus amigos.- te juro que la próxima vez vuelo.- rió.

Sakito y Kanon entraron a la habitación del vocalista y el doctor sintió porque a simple vista, parecía que esos dos estaban bastante bien para hacer esas cosas.

-Mucho gusto.- se acercó a la cama con su maletín y miró a Takuya.- voy a revisarlo...¿me das permiso?- le sonrió, sería más difícil hacerlo si estaban tan juntos.

Ni siquiera trato de moverse de su lugar cuando la puerta de su habitación se abrio nuevamente, y Kanon entraba con el que debía ser el doctor. No se había movido por el dolor que le produciría y estaba cómodo afirmado por el cuerpo del guitarrista.

-Hola- respondió al saludo del desconocido y soltó el cuerpo de Takuya del abrazo para que éste pudiera moverse de la cama. Aún podía ver la pena reflejada en sus ojos, pero ya volverían a tener otro momento para hablar de eso. Uno donde Kanon no los estuviera mirando con ojos preocupados y extrañados, y donde un doctor que a penas conocía le revisaría el cuerpo.

-Ne, tan mal no estoy, sólo me duele acá- le dijo indicándole su vientre, levantándo un poco su camisa, para mostrarle el lugar donde tenía un moretón. -el maldito ese me agarro a patadas en el piso- comentó riendo, tratando de encontrarle la gracia al hecho que casi lo hubieran molido a golpes.

Se quedó un poco descolocado al sentir la voz de Kanon, ni siquiera pudo reaccionar a tiempo como para alejarse cuando los dos ya estaban dentro, lo cual fue peor, se quedó helado, ese hombre era tan... tan... imponente, no parecía doctor, ni nada de eso... podía parecer cualquier cosa, incluso modelo, pero ¿doctor? él se imaginaba un señor mayor casi con bastón que revisaría a Miku, pero... ¿él?

-Ah... ah... sí.-fue lo único que pudo pronunciar, cuando éste le habló ¿Sakito se llamaba?

Había quedado un poco tiritón, la pelea, el beso, Sakito... ok, Sakito no ¿por qué pensaba en él? es que era imponente, era eso y él tan... pequeño. Se fue hacía la puerta sin hacer mucho ruido, agradeció que todos tenían su mirada puesta en Miku y bajó a la cocina, bebió un vaso de Sake de un trago y se fue a sentar al sillón, sin pensar en nada.

Miku insistía en que no estaba tan mal, pero si le dolía cada que se movía, entonces no debía estar nada bien, al menos estaba seguro de que Sakito sabía bien lo que hacía y que daría un buen pronostico, sólo deseaba haber hecho algo antes, ¡pero es que esos dos también se metían en problemas! No quería ni imaginarse qué habría pasado si él no hubiera estado ahí.

-Miku, deja que él haga su trabajo...- estaba tan preocupado por su vocalista que no notó cuando el menor de todos salió por la puerta, incluso se había llevado la mano a la boca y mordía su uña compulsivamente, algo que casi nunca hacía.

Sonrió cuando Miku le dijo que estaba bien y que sólo le dolía en una parte, muchos decían eso y había que terminar vendándoles o enyesándoles, muchas veces las personas eran muy orgullosas, él lo sabía bien. Aunque para Kanon pasó desapercibido el menor de los ahí presentes cuando se fue, para Sakito no fue así, lo siguió con la mirada y estiró la mano para tocar el abdomen de Miku.

-Tal vez quieras ir a ver a tu amigo mientras yo hago mi trabajo...se veía un poco triste.- miró al rubio a los ojos y le sonrió suavemente.- quiero que me digas si te duele en otros lados ¿sí?, voy a tocar suavemente y me dices.- comenzó a tocar el abdomen el vocalista, presionando suavemente cada parte, para saber dónde le dolía y para saber que había que preocuparse o no.

Guardó silencio cuando vio a Takuya salir de la habitación, tan solo siguiéndolo con la mirada. Hubiera querido levantarse, seguirlo y detenerlo, abrazarlo y calmarlo, pero no podía. A penas si se podía levantar y moverse para que Sakito lo revisará.
-Hai, lo siento Kanon-chan- asintió suspirando al ver la cara de preocupación del bajista, era tan extraño ver de esa manera al mayor, tan nervioso y ansioso. En parte se sintió especial, estaba preocupado por él, eso significaba que lo quería, independiente de las idioteces que llegará a hacer, como pelearse con un desconocido.

Agradeció el hecho de que Sakito notará la ausencia de Takuya en la habitación y le pidiera a su mejor amigo que fuera a verlo, ya tendría él tiempo conversar con el guitarrista. Pero ahora, tal como se lo había pedido Kanon, debía dejar que el doctor frente a él hiciera su trabajo.
-Ouch... ahí me duele- cerró los ojos reprimiendo un quejido cuando Sakito le toco el costado izquierdo del abdomen cerca de sus costillas. -Justo ahí-

-¿Eh?- respondió a lo que le decía Sakito, y entonces notó que Takuya no estaba en la habitación, suspiró algo cansado, ¿qué les pasaba a todos en la casa? ¿Acaso Teruki y él eran los únicos cuerdos?, tal vez JRock Av. no había sido la mejor idea.

-Pórtate bien...y eso va para los dos.- salió de la habitación y fue a buscar al menor de la banda.- ¿Taku...? ¿dónde estás? ¿pasó algo?- no entendía por qué el pequeño se había ido tan repentinamente, ¿no estaba preocupado por Miku acaso?

-¿Taku?...¿está todo bien?

-No le hagas caso.- le sonrió a Miku.- yo siempre me porto bien.- rió suavemente y al palpar donde le dolía al vocalista y que este le dijera que ahí era, el doctor cambió ligeramente su expresión.- parece que vamos a tener que vendarte...pero no te preocupes, sobrevivirás.- le sonrió de nuevo y después se alejó un poco para sacar algunas cosas de su maletín.

-Si te portas bien te daré una paleta incluso.- bromeó.- te daré unas pastillas, te las tienes que tomar cada doce horas.- las dejó sobre la mesa.- pero come antes ¿sí? O pueden caerte mal...- sacó las vendas y un par de cosas más.- ayúdame a quitarte la ropa.

Sonrió lo mejor que pudo ante el comentario de Sakito, sin poder disimular sus ojos preocupados que se desviaban hacía la puerta por donde Kanon había salido. Le preocupaba tanto el bajista como Takuya, seguía sin entender porque éste se había ido. ¿Había Miku hecho algo malo? Él no lo creía.

-Sabía que no era algo tan grave- comentó con una sonrisa, esperando a que el mayor sacara cosas de su maletín. Permanecer vendado por unos días no sonaba nada de mal, era mejor que unas costillas rotas. -Con la paleta ningún problema, pero tendrás que pedirle a Kanon-chan que me de las pastillas o se me olvidara... - bromeo riéndo.

Se acómodo mejor, sentándose en la cama, y con algo de dolor levanto sus brazos pasa quitarse la polera que llevaba puesta. Hizo una mueca reprimiendo un quejido cuando la remera aún estaba pasando por su cabeza y una puntada de dolor cruzo por su vientre, realmente esperaba que las pastillas que Sakito le daría fueran fuertes y efectivas, para no tener que vover a sentir ese dolor de nuevo.

-¿Eh? sí...-respondió aún medio atontado.- Creí que era mejor dejarlos solos...

Encendió la tele casi por inercia, acomodándose de nuevo en el sillón, la imagen de Sakito se le venía a la mente, estaba seguro de que había algo, pero no sabía qué. Mejor se preocupaba por Miku y Kanon.

-¿Está todo bien con Miku?-preguntó al mayor viéndole a los ojos.- ¿Y tú? ¿No tienes nada Kanon-chan? perdón... por no ayudar en nada... casi nunca-dijo en un susurro al final.

Se sentó en el mueble al lado de Takuya y lo miró un rato, era obvio que algo lo atormentaba, pero tal vez no era el mejor momento para preguntar, no después de todo lo que había pasado esa noche; se arriesgó a estirar el brazo y acariciarle suavemente el cabello al menor cuando le dijo que no ayudaba en nada.

-Eso no es cierto, gracias por cuidar de Miku; y bueno...parece que sí está bien.- asintió suavemente.- cuando Sakito termine podremos ir a verlo, seguro va a tener que quedarse unos días en cama así que hay que cuidarlo.

-Yo estoy bien, ni me han tocado creo...¿tú estás bien?

Miró a Miku mientras le estaba curando y poniendo las vendas.- no es tan grave...pero si quieres recuperarte rápido, te recomiendo que guardes cama al menos dos días enteros.- sabía que tendría que decirle todo eso a Kanon, en especial porque no conocía al vocalista, pero por experiencia sabía que la mayoría de las personas, no escuchaban los consejos médicos.

-Bien...creo que tendré que darle las pastillas a Kanon entonces.- después de un rato ya había terminado de vendar a Miku, y como se lo había prometido, le dio una paleta...sólo dios sabía que hacía Sakito con una paleta entra sus cosas, ya que al hombre no le gustaban los dulces.

-Iré a decirle a Kanon que ya pueden verte...cuídate y no salgas de cama, suerte.- recogió sus cosas y salió de la habitación; buscó a Kanon y cuando lo vio con Takuya se les acercó.- ya pueden entrar a verlo...- miró un rato a Takuya.- y yo...tengo que decirte algo Kanon, así que te espero aquí.