Compenetración Cafekka [Privado | Lemon]

No podía creer lo que escuchaba en realidad, pudo notar otra figura en la oscuridad, y por deducción se trataba de Takuya, ambos se quedaron callados y se acercaron de a pocos a la puerta del vocalista; Yuuki...era él quien estaba con el cantante, al baterista le costaba creer mucho más eso, ¿qué estaba pasando en esa casa?, Kanon le había confesado lo que había pasado con Miku...¿y ahora eso? todos se habían vuelto locos sin dudas.

Volteó a ver a su amigo quien parecía ser el más afectado, en el tono de voz le escuchó triste y preocupado, aunque no sabía bien a qué se podía deber.

-¿Está todo bien Takuya...?- le preguntó muy bajo, aunque sabía que los otros no podrían escuchar absolutamente nada de lo que ellos dos dijeran o hicieran.

Se sentía tan cerca, tan cerca del orgasmo. Sabía que unas cuantas ondulaciones más y alcanzaría el climax, pero lo que menos quería era terminar antes que el rubio bajo él. Le había prometido a Yuuki hacer de esta la mejor experiencia de su vida, aunque fuera la primera, quería hacer de esta noche una para recordar por siempre.

Notó que el menor bajo su mano comenzando a masturbarse, y se dió cuenta que no se había preocupado de proporcionarle placer suficiente al rubio. -Yuu, dejame a mi...- su voz sonaba agitada, el ambiente se sentía tan caliente y la temperatura de ambos había subido considerablemente. Bajo su mano derecha al miembro palpitante del tecladista y comenzó a masturbarlo con rápidez. No dejaría que el orgasmo le alcanzará sin que Yuuki se corriera primero.

Los gritos de placer del menor solo le indicaron que iba por buen camino, y continuó penetrandolo con más fuerza, aumentando la velocidad, haciendo rechinar la cama. Ya no le importaba nada, ni el hecho de que hubiera despertado a todos en la casa, o lo que pasaría la mañana siguiente. Nada importaba, solo el placer que los dos sentían en ese momento.

-Me voy... me voy a correr...- susurró, lamiendo el lobulo de su oreja y mordiendo con cuidado. Puso atención a los labios de Yuuki una vez más, y lo beso con la mayor pasión posible. -Ahhh... Yuuki...-

- aaa Miku... - solo atino a decir en un gemido sintiendo como llegaba a su climax máximo terminando por fin , sin poder evitarlo , en la mano del castaño que había apartado su mano para poder masturbarlo él dandole aún más placer.

Pero aún no terminaba, Miku seguía penetrandolo cada vez mas fuerte . Lo abrazo más hundiendo sus dedos fuertemente en la espalda desnuda de su amigo mientras lo besaba sin control e intensamente. Continuó acompañando los movimientos que este realizaba con su pelvis mientras se encontraba dentro de él.

- mmaaaaaaaaaaaaaaah! -terminó en un fuerte gemido sintiendomo como el vocalista se corrió dentro de él, sintiendo como el liquido seminal lo recorría por dentro llendolo de un último placer.

Recosto su rostro en el hombro del vocalista con la respiración totalmente agitada mientras sentía como gotas de sudor recorrían su rostro por el desgaste fisíco realizado.

Había terminado. Lo que comenzo con un simple juego y se había comvertido en un acto de sexo desenfrenado habia legado a su fin. Aún no comprendía el hecho, es decir, aún el razonamiento no había llegado a la mente del tecladista, ni se imaginaba que sus demas compañeros de banda podrían haber escuchado todo.

Negó con la cabeza contestando la pregunta del baterista, era obvio que no estaba todo bien, Miku era un...

-¡Desgraciado!-gritó abriendo rápidamente la puerta.-¡un puto! eso eres ¡No tienes ni una pizca de respeto por los demás!.-a Takuya poco le importaba en la posición que se encontraban los otros, la rabia lo había cegado, sólo podía gritar y proferir las palabras más hirientes que se le vinieran a la mente.- ¡y yo que pensé que Kanon no tenái corazón para estas cosas! ¡pero tú eres mucho peor que él! ¡¡¡Mucho!!! no te mereces nada, yo no sé cómo... ¡¡Ahhh!! eres un desgraciado, un puto y desgraciado ¡¡Te odio!!

Salió de la habitación así cómo había entrado, pero antes de que pudiera rodar por las escaleras, Teruki lo agarró y lo metió a su pieza, él sólo se deslizó por la muralla, hasta caer sentado al suelo.

Vio que el otro no estaba bien, aunque no lograba entender del todo por qué estaba tan afectado; fue realmente desagradable oír todo eso, tanto para Teruki como para Takuya, pero el menor de los dos reaccionó mucho peor, el baterista pensaba irse a dormir y hablarles seriamente por la mañana, pero su guitarrista entró a la habitación y empezó a gritarle cosas horribles a Miku.

-Takuya...- fue detrás de su amigo y lo agarró antes de que éste cayera por las escaleras, lo metió a su habitación, echó seguro a la puerta y lo abrazó fuertemente, no sabía lo que pasaba ahí...pero se hacía una idea, no por nada era el mayor ahí, era una suerte que el bajista no estuviera o las cosas sí que se pondrían mal.

-Tranquilo...- le acariciaba el cabello.- tranquilo...

El semen de Yuuki se derramo sobre sus vientres y su mano cuando finalmente el rubio alcanzo el orgasmo. Miku estaba tan cerca, podía sentirlo, solo un poco más...

Las uñas del tecladistas rasguñando su espalda y su tibia respiración golpeando su rostro hicieron que luego de unas cuantas embestidas más, alcanzara el tan ansiado climax.
No alcanzo a preguntarle nada al menor, ni a pronunciar palabra alguna, un gemido escapo de sus labios en un susurró cuando sintió aquella corriente electrica recorrerle el cuerpo y aquel líquido blanquesino llenar el cuerpo de Yuuki.
Con la respiración entrecortada y el corazón pegándole en el pecho con fuerza, besó a su amigo en la frente, sonriéndo, sin asumir todavía la realidad que los rodeaba.

Antes de que lograra decir siquiera algo, o se moviera de su posición, la puerta se abrió de golpe paralizando su cuerpo. No atino a moverse, no atino a salir del cuerpo de Yuuki, no atino a cubrirse, no alcazó a hacer nada. Takuya entró gritando, llorando desesperado y pronunciando palabras hirientes, todas dirigidas a él... Dios, ¿que carajo estaba pasando? ¿habían escuchado todo? ¿Taku estaba llorando por su culpa? ¿le había dicho puto desgraciado? El corazón se le hizo pedazos y sintió sus mejillas arder, debía tener la cara roja, en una mezcla de verguenza y desesperación. ¿Que demonios habían hecho?
Teruki los miraba de lejos, asombrado y shockeado, como si no supiera que decir. Era obvio que el baterista jamás se imagino que encontraría a dos de sus amigos en una situación tan comprometedora como esta.

-Ta...- no alcanzó a terminar la palabra, la puerta de su habitación volvió a cerrarse y Takuya como Teruki desaparecieron tan rápido como llegaron. -¡Mierda!- exclamo saliendo finalmente del cuerpo del rubio, sin ser cuidadoso. -¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡¿Que hicimos?!- se levanto de la cama con algo de desesperación, buscando su ropa interior y sus pantalones en el suelo. La realidad le había dado caído encima como un balde de agua fría...

Abrazo tiernamente a Miku mientras deposito un suave beso en su cuello dando por finalizado el acto, en cuanto iba a moverse del lugar sintió como la puerta se abría de golpe. ¿Acaso no le habían echado llave? ¡Pero que idiota! se reprocho así mismo por no haberse avivado a cerrar por lo menos la puerta, pero todo había sucedido tan rápido que ni tiempo a eso tuvo, es mas ni siquiera a pensar en lo que habían sucedido en realidad.

Se quedo paralizado en cuanto Takuya comenzó a gritarle a Miku con mucha furia. No entendía nada, no comprendía, solo se quedo en shock observando como el guitarrista descargaba su ira en contra del vocal para luego ver la cara de decepción por parte de Teruki mirándolos ,ahí fue cuando cayo como en un golpe a la realidad.

Miku se separo rápidamente en cuanto estos dos salieron por la puerta tan rápido como habían entrado, sentía que sus mejillas se quemaban, no podía explicar la vergüenza que sintió en ese momento. Se sintió tan mal, tan avergonzado, tan sucio pero no arrepentido.

Su respiración comenzó a agitarse nuevamente, se sentó en la cama sosteniéndose su cabeza tratando de pensar, de acomodar todo lo que había sucedido, de tratar de buscar una solución pero era lógico que no la había, lo hecho hecho esta.

- Gomenasai Miku Gomenasai... -solo atino a decir con la voz entrecortada por la desesperación y la tristeza junta.

Caminaba en círculos por la habitación como si su vida dependiera de ello. Había encontrado su ropa interior, pero aún buscaba sus pantalones de pijama. No podía concentrarse en nada y lo que menos hacía era poner atención a uno que otro sollozo que escapaba de la boca de Yuuki.

-Mierda... ¿donde estan?- se preguntó observando cada espacio del suelo. -¡Ahí estan! ¡Malditos pantalones!- enojado recogió la parte de abajo de su pijama que se encontraba debajo de la cama, se los colocó y luego de un largo suspiro junto su mirada con la del tecladista. Tenía los ojos rojos, las mejillas húmedas, y angustia en su rostro.

Miku se llevó el pulgar a la boca mordiéndoselo nervioso. -Yuuki- dijo con un tono más frío del que realmente quería usar. Inhalo aire profundamente y notó que sus mejillas también estaban húmedas. ¿Había estado llorando todo el tiempo que busco su ropa? No podía ser... -Creo que es mejor que te devuelvas a tu habitación, yo...- se corrió el pelo hacía atras de una oreja. -yo necesito estar solo- no sabía que más decir, estaba perturbado. No quería ser malo con su amigo, menos después de todo lo que había pasado entre ellos, menos después de haberle quitado su virginidad. Pero, necesitaba estar solo, pensar... aún no entendía lo que realmente había sucedido, y no sabía que haría con Takuya. Sabía que necesita conversar con él, pero como empezar... Obviamente el guitarrista no querría verlo ni en pintura, no querría saber nada de él y eso le aterraba. Tenía, no, necesitaba aclarar las cosas... pero esa noche, lo que quedaba de esa noche, no era el momento. Tendría que esperarse hasta mañana.

-Mañana hablaremos mejor, cuando tenga mi mente más despejada- y dicho esto se dirigio a abrir la puerta de su habitación, esperando que el rubio saliera.

Observaba la desesperación y preocupación de Miku en su rostro mientras se volvía loco buscando su ropa. Estaba tan estresado que ni siquiera escucho lo que el rubio le decía.
No pudo contenerse, la situación era mucho para él y de sus ojos comenzar a escaparse un par de lagrimas.
¿ Que habia hecho? ¡¡¿En que mierda estaba pensando?!! se reprochaba una y otra vez en su interior. "Fue solo un momento, me deje llevar...me deje llevar" , se contestaba en su mente como defensa a los pensamientos mismos y propios que lo torturaban.

" es mejor que te devuelvas a tu habitación" le dijo el castaño, rompiendo su corazón en miles de pedazos, con esas palabras había quedado mas destrozado de lo que estaba, se sentía tan usado.

- Como quieras... - dijo en seco aguantándose las ganas de romper a llorar, rápidamente se puso de pie y recogió su pantalón colocándoselo de inmediato para irse de de allí cuanto antes.

En cuanto llego a su habitación se desplomo de rodillas en el suelo de la misma, tapándose la cara, comenzando a llorar en silencio como si su vida se le este llendo. Nunca se había sentido tan mal en su vida.
Luego de un rato de llorar desconsoladamente, se digno a levantarse como pudo y meterse en la ducha, tratando de que el agua lo limpiara pero no exteriormente si no interiormente, que limpiara su alma, mente y corazón ensuciados por la lujuria y el deseo.

Se quedo varios minutos en la ducha, sentado allí, con la mirada perdida mientras las gotas de agua caían sobre su rostro y cuerpo desnudo. Comenzó a sentir sueño, así que salio de la ducha, se seco y se puso lo primero que encontró, unos boxers y una remera bastante larga. Quiso acostarse en su cama para dormir y por lo menos olvidar un rato todo lo sucedido pero recordó lo mojada que esta estaba, lo cual hizo que volviera a atormentarse en sus pensamientos recordando cada detalle de la noche.
Se sentó con la espalda contra la pared abrazándose las piernas y con la cabeza gacha volviendo a romper en llanto sin poder evitarlo para luego quedarse totalmente dormido por tanto llorar.

Su cuarto finalmente se quedo en silencio. Sabía que había sido demasiado duro con el tecladista, pero se había visto desesperado y sin saber que hacer.
Se arrepentía de sus frías palabras, y la manera con la que lo había sacado de su habitación, pero ya habría tiempo para hablar al día siguiente.

Cerró su puerta con llave y caminó hacía su desecha cama. Se tiro en ella, cerrando los ojos con fuerza, aún podía sentir el olor de su cuerpo y el de Yuuki impregnado en las sábanas. -Yuu-chan...- susurró antes de quedarse dormido, sin taparse y abrazando la almohada, sinténdo aún la pena invadirle hasta en los sueños.



[CERRADO ~]