unfinished song (Hide)

Hacía tiempo de aquel día en el que se encontró a Hide y fueron luego a casa de Jui. Y le apetecía mucho volver a verle, con más tranquilidad que esa noche.
Además no se encontraba nadie en casa, no sabía porqué, y quería sentirse acompañado. Ya hacía algunos días se había encontrado con Jui en la clínica y, si le llamaba a él, le empezaría a hacer miles de preguntas. Prefería quedar con Hide. Además, realmente, tenía muchas ganas de verle.
Cogió el móvil y marcó su número. Se lo puso en el oído y esperó a que contestara, oyendo la señal de marcado.

Estaba terminando de guardar su guitarra en la funda para ya salir de la sala de ensayos e ir para su departamento. Escuchó la música de su teléfono móvil y lo sacó del bolsillo de la chaqueta de piel rojo oscuro que llevaba puesta. Miró la pantalla y vio el nombre de "Die" marcando la llamada entrante. Se sorprendio. Hacía bastante tiempo que no sabía nada de él. No se habían llamado ni enviado mensajes. Él tenía poco tiempo por su trabajo y sabía que Die también lo tenía y por una cosa u otra fue pasando el tiempo y no se hablaban hasta ese dia.
- Hola, Die...-contesto con voz alegre- ¿Cómo estas?... me has dado una grata sorpresa con tu llamada... justo iba para mi casa, recién he terminado de ensayar y ya estaba para salir de la sala de ensayos hacia mi coche...- mientras hablaba con Die terminaba de cerrar la cremallera de la funda de su guitarra para ponersela al hombro y salir.

Se alegró al escuchar la voz del cantante.
- Hola Hide! Pues no sé...estaba ahora sin nada que hacer y me he acordado de ti...me apetece verte...querrías que me pasara ahora por tu departamento si ya no tienes nada que hacer?-estaba apoyado en el alfeizar de su ventana, mirando a la gente pasear por la calle-pero...no sé dónde vives...dime, ¿quieres que vaya?-esperó ilusionado a que su amigo le contestara.

Puso su guitarra al hombro y comenzó a salir por el pasillo saludando a la gente que encontraba a su paso mientras hablaba por el teléfono.
-Gracias, Die por llamarme...- sonrio- pues...si quieres ir a mi departamento no tengo problemas, me gustaría verte... ¿Conoces el supermercado que al lado tiene una estatua de un ángel? ¿Te queda cerca de donde vives? Pues, si te va bien, puedes esperarme alli y en quince minutos pasaré con mi coche. Y gracias de nuevo por llamarme,nos vemos, vale?-
Terminó de hablar y guardó su teléfono móvil en el bolsillo de la chaqueta de nuevo. Salió al parking y sacó las llaves de su coche. Se subió a él dejando en el asiento de detrás la guitarra y se puso el cinturón de seguridad. Se quedó mirando el volante de conducir mientras encendía el motor del coche, pensando en Die. Le vino a la mente la última vez que lo vio y su corazón se aceleró. Sacudió la cabeza como negando y suspirando se puso en marcha para pasar por el lugar que le había indicado a Die para no hacerlo esperar.

Sonrió al ver que aceptaba su propuesta
- Claro, sé dónde dices. En nada voy para allá, corriendo! -rió un poco mientras cogía su chaqueta y bajaba las escaleras para ir a la entrada- Está a poco de aquí, así que en un ratito llegaré. ¡Que alegría poder verte, de verdad! Y no me des las gracias! Nos vemos ahorita, Hide. Un beso!
Cogió también sus llaves y las gafas de sol. Cerró la puerta de la casa con el cerrojo y salió caminando. En verdad le quedaba a unos diez minutos, así que podría ir a paso tranquilo contemplando a las gentes que pasaban y los locales y lugares.
Sonrió. Tenía muchas ganas de verle, a ver si así se animaba un poco.

Se detuvo cerca de la estatua, frente al supermercado. Había un hueco para estacionar. Sacó su paquete de tabaco y tomó un cigarrillo. Se quedó mirando pasar los coches unos minutos mientras ponía música en el suyo. Sus manos comenzaron a temblar levemente. Sacó una libreta de la guantera y un boli y comenzó a escribir frases que con el tiempo quizás serían una canción, o un poema, o solamente escritos... Estaba alli esperando que pasaran los minutos para verle de nuevo mientras fumaba el cigarrillo y escribia todo lo que le venía en la mente.

Andaba a paso lento, tranquilo, observándolo todo y a todos. Le gustaba pasear porque era una de las pocas maneras que sabía de tranquilizarse cuando estaba ofuscado. Posiblemente, si Hide no le hubiera contestado al móvil, se hubiera dirigido a casa de Kirito. Pero no se veía capaz de soportar las majaderías del otro, por lo que se alegró mucho que su plan tuviera que ver con Hide y no con el cantante de Angelo. Pero, realmente, ¿qué hubiera preferido?
Su llegada a la plaza le dejó sin tiempo para contestarse a sí mismo. Llegó hasta la estatua y se quedó de pie, mirando los coches que pasaban veloces por allí. Había ido lento, pero no tanto como para que Hide hubiera llegado...pero, fijándose ahora en los coches aparcados, vio en uno a su antiguo amigo.
Se acercó con paso rápido y abrió un poco la puerta del copiloto, mostrándole una gran sonrisa
- Buenas, Hide! Entro?

Estaba distraído escribiendo cuando escuchó la puerta de su coche abrirse. Iba a chillar pensando que alguien desconocido quería entrar pero sus ojos se quedaron mirando alli, a Die.
- Hola, Die... claro que puedes entrar...- le dijo sonriéndole y guardando la libreta y el boli en la guantera, se le acercó y le dio un beso en la mejilla.
- Cuanto tiempo sin vernos... realmente cuando uno esta trabajando a full, el tiempo vuela...
Se acomodó en el asiento y poniendose de nuevo el cinturón de seguridad, encendio el motor del coche.
- me alegra verte de nuevo... ahora conocerás mi departamento y sabrás donde queda para cuando quieras visitarme...- le miró sonriendole de reojo y apagando el cigarrillo en el cenicero del coche miró por el espejo retrovisor y luego hacia adelante para calcular como salir de alli. Y haciendo unas maniobras salió del lugar sin problemas.
- En unos minutos llegaremos, no es lejos...

Se sentó tranquilamente en el coche, poniéndose cómodo en el asiento y cogiendo el cinturón de seguridad para anclarlo. Miró sonriente cómo Hide hablaba y sacaba el coche del lugar donde había aparcado. Que delicia escucharle hablar
- Ah...claro. Es perfecto. Podré irte a dar la tabarra cuando quiera -dijo riendo- Ok, muy bien. Que ganas tengo de ver tu piso en realidad. ¿Cómo será? Espero que un par de birras haya por lo menos, no Hide? -agregó, mirándole sonriendo aún.

-Cuando quieras puedes venir a mi departamento, solo me llamas y te recibo con los brazos abiertos...- le respondió sonriendole y mirándole por unos segundos sin dejar de conducir.- mi piso tiene cinco habitaciones, un balcón grande y terraza, ya lo verás... y de cervezas... pues tengo una mini nevera en el salón con todo tipo de bebidas... las guitarras y las bebidas es lo que más hay en mi casa... dijo riendo. Bajó la velocidad del coche y dobló a mitad de calle para con un mando abrir la puerta del parking. Al subirse del todo, entró con el coche y volvió a cerrar la puerta del parking de la misma forma.Esta todo iluminado con luces blancas.
- Aqui todo es automático... pronto seremos nosotros así... controlados por un mando también...- dijo suspirando. Apagó el motor del coche y se sacó el cinturón de seguridad.
- Ya hemos llegado, no ha sido un viaje muy largo, ¿verdad? - le sonrió.

Miraba contento la explicación de Hide
- wou...pues tiene que ser chula la casa. 5 habitaciones...para qué quieres tantas?? Pero está bien, a ver si llegamos...
Mientras Hide entraba en el aparcamiento pensaba en el camino que habían hecho para llegar hasta allí y no olvidársele por si tenía que volver a su casa, por si quería volver, que seguro querría.
- Si...la sociedad tiende a hacernos la vida más fácil...bueno, la tecnología...a veces está bien el pensar que pudiéramos tener un mando con el que nos pudiéramos auto-controlar...-se quitó el cinturón y miró sonriente a Hide- me alegro. Vayamos, pues -salió del coche y cerró la puerta suavemente.

- Bienvenido a mi departamento, Die...ponte cómodo...
Le dijo sonriéndole mientras entraban, después de subir cuantro pisos en el ascensor. Dejó su chaqueta sobre el sofá más pequeño, cerró la puerta y sacó de la mini nevera dos botellas pequeñas de cerveza y las puso sobre la mesita pequeña delante del sofa.
- ¿Quieres ésto para tomar u otra cosa?...
Le hizo señas para que se senta en el sofá del medio que era más grande. Fué unos minutos a la cocina y regresó con un abridor en la mano y dos vasos grandes de cristal azul claro. Luego se sentó en el sofá.
- Cuéntame... como estas...
Le dijo mientras abría las dos botellas y servia la cerveza en los vasos.

Entró en el departamento prestando atención a la decoración. Le gustaba mucho la casa. Era bonita.
Vio como sacaba las cervezas y le preguntaba
- Sí, eso está perfecto. -dijo sentándose en el sofá que le había señalado. Era tan cómodo que no le importaría dormirse allí mismo. Siguió mirando el piso mientras Hide iba y volvía de la cocina.
-Como estoy...pues...-¿por qué le preguntaban siempre eso? Claro, era lo más normal del mundo cuando hacía días que no veías a la otra persona. Pero odiaba esa pregunta porque no sabía que contestar. Le decía que estaba bien o, por el contrario, que no dormía apenas y que tenía brotes psicóticos? Sonrió al pensarlo. Quedaba demasiado mal. Ya se asustó Jui cuando le vio y no quería montar otra escenita....-Bueno...he estado mejor...pasé varias noches sin poder dormir. Pero fui al médico y me mandó unas pastillas y...pues ya duermo bastante más -bastante más que nada....que seguía siendo bastante poco. Ironías del lenguaje. Sonrió y cogió el vaso ya lleno de cerveza. - Y tú, Hide. ¿Trabajando mucho?

Se quedó escuchando a Die mientras bebía un sorbo de cerveza del vaso. Sabía a lo que se refería, algo le había dicho Jui, pero no dijo nada al respecto. Prefirió callar ese tema y contestar a la otra pregunta.
-Yo, si...bastante....no tengo mucho tiempo libre. Pero me siento bien trabajando, me concentro en tocar las canciones, arreglarlas y hacer nuevas y así no permito que mi mente se llene de tonterías. Lo aprendí de un gran amigo mío al que quiero mucho y el único que me comprendió siempre...
Levantó la vista mirando la nada, como si lo viera allí de pie mirándole. Miró de reojo a Die mientras tomaba el vaso entero de un solo golpe.
- ¿Y, tu? ¿No estás trabajando con tu banda?

Escuchaba atentamente las palabras de Hide, mientras bebía a pequeños sorbos su cerveza, no quería emborracharse mucho, que llevaba ya una buenta tanda de borracheras encima. Le sonrió cuando vio cómo él sí se bebía de golpe toda la cerveza
- Bueno...la verdad es que ahora estamos en parón. Un descanso no nos venía mal. Vinimos aqui para seguir todos juntos, pero la verdad es que cada uno está haciendo su vida y los ratos que estoy en casa ni los veo, aunque últimamente suelo estar más en mi habitación y ya está...la verdad es que me parece un poco triste...que vivamos en la misma casa y apenas quedemos para un simple café, en la cocina, pero qué le vamos a hacer...-se encogió de hombros sonriéndole.
Sacó su paquete de tabacos y de él un cigarrillo y el encendedor.
- ¿Tienes algún cenicero a mano, Hide?-le preguntó dulcemente

- Que triste que no puedas ver a tus compañeros del grupo viviendo en la misma casa...
Se levantó del sofá un poco nervioso y sin saber que decir y como seguir mirando a Die sin que notara la forma en que lo miraba. Fue hasta un mueble donde vio el cenicero de cristal que tenía, lo tomó y regresó con él, puso el cenicero sobre la mesa con tan lama suerte que lo apoyó en el borde de la mesa y se le cayó haciéndose añicos.
- Dios...que tonto soy...no te muevas Die, enseguida recogeré los cristales, no quiero que te hagas daño...
Fue a la cocina y regresó al momento con el recogedor.

Sí que era triste que apenas viera a sus compañeros. Enfrascado en ese pensamiento no se dio cuenta de cuando Hide se levantó hasta que escuchó el sonido de los cristales al romperse. Pegó un pequeño brinco, asustado, para luego reirse
- No te preocupes, Hide! Estas cosas pasan! No te preocupes que no me hago daño.-retiró un poco la mesa del sofá para que su amigo pudiera recogerlo mejor y se levantó, dejándole espacio- Sólo espero que haya algún otro cenicero o te cogeré un plato para echar las cenizas! -dijo, sonriéndole ampliamente. -Tienes que fijarte mejor en dónde dejas las cosas, eh?-continuó en plan burlón mientras se encendía su cigarrillo. Tomó una calada y echó una bocanada de humo - ¿quieres que te ayude en algo?

-Si, Die... mira... en la cocina tiene que haber otro cenicero... mria si esta alli, yo termino enseguida de recogerlo todo...- dijo nervioso aun.
No podia calmar sus pensamientos, no queria reconocer lo que estaba sientiendo en ese momento. Se decía una y otra vez mentalmente que tenia que guardar dentro suyo lo que sentia por él y que no lo supiera, por otro lado estaba su corazón que queria gritarle todo, abrazarlo, pero sabia que sería peor. Terminó de recoger los cristales y fue a la cocina a tirarlos al cubo de basura. Le miró de reojo y su corazón se le aceleró, tiró rápidamente los cristales en una bolsa especial y luego al cubo y dejó el recogedor, se giró sin mirarle a los ojos.
- ¿Lo has encontrado?...

Fue a la cocina como le había dicho Hide. Empezó a mirar primero por encima, sin querer tocar nada, no fuera que ahora él con el despiste tirara algo y ya formaran el caos total.
Mientras escuchaba como Hide iba recogiendo los cristales siguió buscando, esta vez mirando en las alacenas, ya tenía la colilla hasta el límite de ceniza plausible, así que lo encontraba pronto o mancharía el piso.
Por fin, en una esquinita, detrás de unos cuencos, lo encontró. Fue justo cuando escuchó a Hide aparecer por la puerta.
Se giró con el cenicero en la mano, escuchando su pregunta. Sonrió y se acercó a él
- Mira- dijo tomándole del mentón para que le mirara- aquí lo tengo. Ah, y no te preocupes, eh?No te voy a comer...que parece que te hayas puesto nervioso y todo -le dio un cálido beso en la mejilla y le guiñó un ojo, alegre.

Se le quedo mirando cuando sintio su mano en el mentón y luego su beso. Cerro los ojos un instante para controlarse y volvió a abrirlos.
- Se que no me vas a comer...no tengo miedo de eso, Die... tengo miedo de mi mismo, nada más...
Le abrazo por el cuello dandole dos besos en cada mejilla y le miró a los ojos.
- ¿Tu, tienes miedo de mi?... nos conocemos ya... sabes como soy en parte...¿No?- le beso dulcemente en los labios, mientras lo atraía hacia él con su abrazo.

Aceptó de buena gana el abrazo de su amigo, así como sus besos.
- ¿Cómo voy a tener miedo de ti?, ¿por qué te iba a temer, Hide?-dijo, apenas en un susurro, mirando de reojo el cenicero para dejar su cigarro y rodeándole después la cintura con sus brazos-Pero...miedo a ti mismo? No lo comprendo...por qué miedo a ti mismo? Con lo lindo que eres, mi Hide -esta vez fue él quien le dio un pequeño beso en la boca, dándole un tierno abrazo después. Lo veía algo...no sabía cómo decir, melancólico? No, no estaba seguro de qué era, pero quería abrazarle, así que volvió a repetir su abrazo.

-Crees que soy lindo, Die?...dijo mirandole con ojos tristes casi a punto de llorar- me gusta que me digas asi... "mi Hide"...
Bajó los brazos del cuello de Die y los puso alrededor de su cintura. Apoyó su cabeza de lado en el hombro de Die secandose una lagrima con la mano.
- Die... -suspiró intentando controlar los nervios que estaban a punto de estallarle y conteniendo todo lo que sentía. cerrró los ojos para sentir el contacto con su pecho.

No sabía lo que le ocurría y estaba empezando a preocuparse por él. Le agarró fuerte y le besó el cabello.
-Sí que te veo lindo, Hide...mi Hide...-susurró intentando calmarle, acariciándole el sedoso pelo. -Pero...¿qué te pasa?, ¿qué te ocurre?Cuéntame...te veo mal...-quería separarlo de él y mirarlo directamente a los ojos pero, en vez de eso, siguió abrazándole, porque pensaba que era lo que necesitaba. Que le diera su cariño. Aunque aún no supiera muy bien porqué.

-Die... estoy algo mal... es todo...- le miro a los ojos y separándose de él y tomándole del brazo lo llevó al salón y sentadose en el sofa de nuevo le hizo señas para que se sentara de nuevo
- Die tendria muchas cosas para decirte pero no puedo... tengo un nudo en el estómago... me siento fatal si te lo digo, me despreciaras y no querras verme nunca mas...lo sé...- dijo angustiado intentando reprimir en vano unas lagrimas.
- Se que me dejarás de hablar y no quiero eso...

Le siguió hasta el sofá sin decir palabra. Se sentó y empezó a escucharle. ¿Qué le tendría qué decir?, ¿qué podía ser tan grave como para que pensara que no querría volver a hablarle?Se estaba empezando a encontrarme bastante preocupado por su amigo, ¿cómo iba a decirle algo por lo que le pudiera despreciar?
Se acercó más a él y le dio un cálido abrazo, cogiéndole después de las manos
- Dime, Hide...no te preocupes...sea lo que sea...Te quiero mucho, no podrías decirme nada para que te despreciera y no quisiera volverte a ver...sólo no quiero verte triste -levantó las manos del cantante y las besó, apoyándolas después en sus piernas-